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martes, 24 de enero de 2012

MI APOYO SIN FISURA ALGUNA A LA ACCIÓN DE GARZÓN

Saben ustedes que no me muerdo mucho la lengua, sólo tengo un pequeño problema con mi memoria y el conocimiento de terminología jurídica convincente para expresar un apoyo que, de una manera real -al menos en mi percepción- sólo nace del sentido común.
Mis amigos juristas son muy hábiles -como los abogados y los mismos jueces- en la aplicación de unos criterios, otros preceptos y mil  y una fórmulas compositivas de una realidad que a nosotros nos llegan en términos muy básicos; por ejemplo: yo, que soy muy básico, me pregunto ¿Cómo es posible que un juez que intenta deshacer una injusticia remediable e histórica se tenga que enfrentar al mismísimo Tribunal Supremo por una querella de una asociación ultraderechista, al margen de la democracia en muchos de sus comportamientos? ¿Tan criminal es proporcionar descanso a miles de victimas que pueblan las cunetas y barrancos de nuestro país y darles un descanso definitivo con su lápida y su fecha de muerte y su nombre con los que puedan ser reconocidos por sus descendientes, sean o no religiosos? ¿Tan disparatado es que una democracia se intente remediar una injusticia que llevan llorando miles de personas, porque millones ya han muerto, desde que se gestó? 

Hace unos días tuve que sufrir los embates vergonzosos de la derecha más "civilizada" sintiéndose  traumatizada porque el Juez escuchó a las defensas cuando queda demostrado que tales defensas formaban parte de la trama Gürtel, incluso algún abogado que rompió con todos los permisos habidos y por haber en la casuística de defender a un imputado acusado que jamás le llamó ni por escrito ni telefónicamente a realizar la defensa se siente zaherido en su dignidad profesional. Las órdenes expuestas por  Garzón que la policía corrobora estaban dirigidas a salvaguardar siempre la defensa, y sin embargo se le acusa de prevaricación por el uso de un artículo que no lleva al banquillo a los reponsables judiciales del caso Marta del Castillo, cuyas órdenes de mantener escuchas  y grabaciones con los abogados se ajustan al mismo articulado, que como digo, han llevado a Garzón ante la Justicia que él mismo ejerce; y una curiosidad aún más agravante de la imparcialidad con la que se ha incriminado a un hombre inocente: quien continuó con el caso Gürtel, su instrucción, mantuvo todas las órdenes dadas por Garzón y no sólo  no ha sido enjuiciado sino que no le han permitido que declare ni a favor ni en contra, algo inaudito y vergonzoso para la justicia de este país. 
Hoy una vez más encontramos a Garzón ante el banquillo por atreverse a dar un toque de atención a nuestra desequilibrada democracia con el fin de hacerla un poco más justa. Un día más un hombre, no sólo inocente, sino promotor, en gran medida de un revulsivo para esta democracia que se muestra a los ojos de la gente más humilde como una democracia poco real y poseedora de una justicia muy injusta, juzga a un juez que se atrevió con romper el tabú de: esto es intocable, y lo peor es que la mecha de todo ello sea prendida por quienes no sólo detestan la democracia sino que en alguna medida son herederos de los valores que ocasionaron las muertes de miles de personas que esperan en el barranco de no sé donde  y en la cuneta de no sé que sitio, que de una "puta" vez se haga justicia con ellos. Setenta, ochenta, noventa o los años que hagan falta. Este juicio es un disparate, tanto como nuestra justicia, como el sistema económico que estamos fomentando y el marco jurídico que permite que todo esto ocurra. 

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