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viernes, 18 de octubre de 2013

ERE, JUSTICIA Y MUSAS



Aún no tengo datos sobre la sentencia del ERE, ajustada a derecho por los magistrados del tribunal superior de Justicia de Murcia, pero sí tengo la sensación  que me produce y unos versos de Píndaro (Olimpia Im 28 (Bowra)  (haced uso de la wiki) que identifican como pocos el problema: 


                "...En verdad hay algunas cosas maravillosas y algunas 
               veces también adornando con abigarradas mentiras/ 
               la fama de los mortales por encima de la verdad,
               engañan por completo los mitos./
               Pero la gracia, que todo lo dulce procura a los mortales,
               /aportando/
               honor, incluso lo increíble hace que sea creíble muchas veces". 



O estos otros de Hesíodo (sé que no está de moda la filosofía ni el griego, ni el conocimiento más profundo de las cosas pero  yo no soy un hombre a la moda). Dice Hesíodo (Theogonía 22): 


                 "....y estas palabras primeramente me dijeron  las diosas,
                 /las Musas del Olimpo...
                 / sabemos decir muchas mentiras que parecen ciertas /
                 y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad". 


jueves, 17 de octubre de 2013

QUERIDO FERNANDO ¿QUÉ NO SABES TÚ?

Estés donde estés -en mi recuerdo, al menos y siempre- no te molestes, no saben lo que hacen, o sí. Una gloria del cine, del teatro, de la televisión, de la literatura, de la radio, de la cultura de este país no merece (al parecer) que su nombre posea una insignia de recuerdo en una ciudad tan suya como Madrid. Yo estoy convencido de que jamás usarías ese vocabulario que tan mala fama te dio en los últimos años, y un silencio y un gesto serían suficientes para poner en evidencia a quienes ultrajan tu memoria. Yo solo te conozco por las películas, las series, los libros... y jamás tuve oportunidad de acercarme a ti más que a través de cualquier medio de representación, sin embargo, siempre encumbré tu grandeza en frases pequeñas, en chistes supuestamente malos, que radiografiaban nuestra idiosincrasia con matemática precisión. Las palabras que le escribiste a la Ponte son epitafios certeros de qué significa ser español, las ideas sumergidas en risas ingenuas, transportaron siempre, a algunos, a un nivel del conocimiento cuanto menos paródico de la realidad que interpretabas con placer, con grandeza, con visión de eternidad. He visto gestos en ti que antes había descubierto en las gentes de la calle, he podido comprender sensaciones y pensamientos ocultos gracias a ese semblante duro y enérgico que tantas cosas callaba, o guardaba para expresar después. Creo que los grandes del cine siempre te admiraron, pero fueron más, los de abajo, los de siempre, quienes te convirtieron en un amigo mediático -aunque a ti no te gustara- de tanto idolatrarte y quererte. La medida del tiempo que dabas a tus actuaciones son dignas de un millón de premios y, ahora, la ideología, aquella España que tan certeramente retrataste una y otra vez, te niega el derecho a ser nombrado como un Lope de Vega del siglo XX. El cainismo nos convierte en peligrosos, y actitudes cainitas como las que emanan de la decisión de un consistorio podrido, antidemocrático, con ínfulas de legionario de cristo y todas esas paranoias tan  de "El viaje a ninguna parte" vuelve a nuestra realidad con fuerza, con una fuerza inaudita, vergonzosa, inexplicable. No sé si ser mal educado y decir aquello  tuyo, tan famoso, de: "A la mierda". Siempre odié que te indentificaran con esas palabras pero ahora veo claro que era una señal de futuro. Hay verdades que sólo son aprehensibles desde esa actitud enfática. Ésa, y la frase que resume la historia de España: "Estaba deseando que viniera usted para acá señorito para decirle una cosa mu delicá...."


No te molestes Fernando, seguiremos queriéndote siempre quienes siempre te hemos querido.

lunes, 14 de octubre de 2013

COMIENZA EL JUEGO

Es pronto para reseñar las sensaciones que me produce adentrarme en la facultad de comunicación de la Universidad de Murcia. Voy a realizar un máster, acreditar mis conocimientos y al mismo tiempo aprender todo lo posible sobre técnicas de comunicación y la gestión de la comunicación en las organizaciones (sistemas), justo ahora que los están alterando tanto con gestiones destructoras de la posibilidad de interpretación de la  información. Entre otras cosas, tendré la oportunidad de separar el concepto de la comunicación  del concepto de periodismo al que estoy más famíliarizado. El caso es que voy a convertirme en un "investigador" por primera vez en mi vida, nadie sabe la ilusión que me produce ese hecho. No quiere decir que nunca haya investigado,  lo hice en multitud de trabajos en la licenciatura de Historia del Arte, pero es una situación nueva, oficial la que me avala. Yo soy de los niños que tuvieron que estudiar algo distinto a lo que deseaban porque en aquella época, como la venidera, no era fácil conseguir una beca, ahora no puedo pedirla, pero mi despido en Onda Regional en el ERE que está por ajusticiar, si se me permite el término, hará posible que me adentre en un mundo mágico del que no busco más que aprender -una constante en mi vida- es como si el Laboratorio Sonoro se convirtiera en realidad y emergiera con cuantas innovaciones produjimos a lo largo de dos años. Ahora es el momento de poner en práctica muchos conocimientos ladeados en importancia, dormidos en el deseo de realizarlos algún día. Sea como fuere, he descubierto una especie de ilusión infantil mientras me enfrento a otro fantasma más general y lastrante, que espero genere una vuelta de la ilusión por un mundo que se empeñó siempre en restarla de mi voluntad y de mi deseo. Traspasar la barrera de la licenciatura, algo que un cura me dijo que nunca hiciera, es una sensación de nerviosismo que me produce una alteración infantil. Me deseo suerte en este viaje por el conocimiento y por el método científico, y  me acuerdo de algunas personas que merecen el máximo respeto y que probablemente no sabrán cuánto me han ayudado, ellos han sido mis profesores, profesores del sistema público de enseñanza: Miriam, Hortensia, Benito, Maria José, Alfonso, Virginia, Mario, Teresa, Conchita, Cristóbal, Miguel Ángel... Por mi edad no debiera permitirme esta sensación de juventud, tampoco la de felicidad, sin embargo, es superior a mis fuerzas. 

miércoles, 9 de octubre de 2013

DIARIO DE UN NÁUFRAGO 131009




Los mensajes en botella son difíciles de alcanzar, y no estoy haciendo coña, mucho más, enviarlos con la regularidad de un correo ordinario, sin embargo, creo que es hora de hacer acopio de algunos de los hitos informativos que baraja mi atención con terror de principiante.

En un país en el que ahondan las diferencias entre clases sociales puede ocurrir cualquier cosa, de momento, sólo para los que han mejorado su cuenta corriente el 13,2 por ciento más de millonarios. Sí, en España, la de la crisis  que el ministro Montoro achaca a la mala calidad del cine -entre alguna cosa más- mientras niega que los sueldos hayan bajado para los menos beneficiados por un sistema, el suyo, que  -supuestamente- prima a las grandes empresas por encima de las personas; la España de los recortes que denuncia el Consejo de Europa; la España del copago sanitario a sus enfermos crónicos y hospitalarios y ancianos de cortísima pensión, aún recortablela España del copago judicial y restricciones en leyes sociales que nos devuelven al franquismo mientras tres valientes exhiben sus pechos para recordar a su señoría Gallardón, el de derechas según su padre, que "el aborto es sagrado", la España que cierra o enmudece a sus medios de comunicación y malvende su patrimonio público, la España  de la inmunidad  o impunidad que no ha metido a ningún corrupto político de primera fila en la cárcel y hay  más que "meigas", por cierto que bueno Alex de la Iglesia con esa frase puesta en labios de Terele Pávez: "Yo no creo en la brujas, a mí quien me da miedo son los hijos de puta" en la España de pandereta que sigue siendo pese a los tintes de paleta modernidad con la que se viste en ocasiones. Es esa España en la que no se lee, ni se conocen las matemáticas, sólo el golpe de pecho y el mea culpa en la que se mantienen las intenciones de voto tanto como los santos de alcoba. Es una España que luce su trapos sucios políticos y sociales con verdadera irresponsabilidad y una España en la que los viejos empiezan a ser un estorbo según el Fondo Monetario Internacional. Sinceramente ser náufrago y estar tan informado, en exceso y desmedidamente, es una paradoja tan extraña y complicada como la vida no vida del gato de Erwin Schrödinger

martes, 8 de octubre de 2013

TODO POR LA PASTA. HASTA EL INCUMPLIMIENTO DE LA LEY.

Puede pensarse que nunca supimos hasta donde eran capaces de llegar algunos políticos y lacayos del poder, pero sí, era más que previsible, después de los comportamientos que han sido expresados en absoluta falta de la decencia, la honestidad personal y social, la más dura de las políticas goebelianas de información y la confirmación de un grito expresado a voces- cada día más chillonas- según se incrementaba el granero de votos. La democracia tiene la grandeza de permitir cualquier cosa gracias a las bondades  y los defectos de su sistema de gobierno, ahora bien, saltarse la ley, vulnerar una ley, encubrirla en falsedades y que la justicia no tome partido es un escándalo inigualable y que realmente nos sitúa en el lugar que Europa quiere situarnos en cuanto a transparencia política y gubernamental: un país sin libertades. Que callen la voz de algunos profesionales de Onda Regional de Murcia es sinónimo de fascismo, sean los motivos que fueren y aún están por delimitar, pero que callen una emisora después de  23 años de trabajo ininterrumpido porque el señor de Zara -o quien sea- tiene prisa por abrir su local a precio de saldo, es sinónimo de prevaricación, ( y la justicia no actúa). Las denuncias del comité de empresa de la emisora pública deja  claro que la actitud de la dirección es la de mansedumbre ciega, desde el director general, al director de la emisora, que avalan con su silencio y sus protestas ausentes una vulneración de la ley, si se siguen al pie de la letra las palabras del comunicado del comité de empresa: " Es la última promesa que han incumplido el director general, el director técnico y el director de la radio, quienes han tomado la decisión de acatar las órdenes del comprador del local que ocupa la radio en la avenida de la Libertad, sin las más mínimas garantías de mantener el servicio público y sin cumplir la legislación laboral."

El mismo día que se conoce que Telemadrid, financió un agujero económico de  Enrique Cerezo:"Adelantó al club rojiblanco dinero pendiente de los contratos por la cesión de derechos audiovisuales de los partidos oficiales y amistosos, según confirma un contrato notarial." Nos enteramos  del cierre, del enmudecimiento de una emisora, única en la Región de Murcia, momentáneamente, dicen,  aunque la palabra de sus directivos queda más que en duda por sus constantes incumplimientos:" Es la última promesa que han incumplido el director general, el director técnico y el director de la radio, quienes han tomado la decisión de acatar las órdenes del comprador del local que ocupa la radio en la avenida de la Libertad, sin las más mínimas garantías de mantener el servicio público y sin cumplir la legislación laboral."

Sí, repito la cita y las palabras del comunicado del comité de empresa de Onda Regional de Murcia porque es evidente que se necesita usar las técnicas goebelianas de comunicación para  que una pizca de sentido común quede en la mente de los oyentes y los lectores. 

El trabajo de sus profesionales, tantas veces jaleado desde posiciones muy oficialistas, queda ahora a  la altura del betún, con ese ninguneo de información al que someten a la Región de Murcia unos directivos que buscan más su integración en el sector privado de la comunicación que el servicio público que juraron o prometieron cumplir. ¿Y la justicia? ¿Y el cumplimiento de la ley al que todos estamos obligados? Algunos compañeros han colgado tuits de contenido muy oscuro o han puesto fotos negras en sus perfiles de las redes sociales. No es para menos. La denuncia del comité de empresa, debería ser analizada por algún juez de guardia y actuar consecuentemente, pero eso no ocurrirá. 



lunes, 7 de octubre de 2013

H [ERE] TICA VISION DE UN JUICIO

He dejado pasar unos días para poder escribir sobre los hechos que a continuación refiero: Un ERE, un juicio, unas caras, una sensación general y particular, y una frase que me dejó marcado por lo cinematográfico del plano secuencia en el que vi como un fiero  trabajador (no entrecomillo lo de fiero porque Lobezno a su lado se convertiría en Blancanieves) se enfrenta con un argumento  de lo más personal al secretario general de la empresa donde trabaja, después de una estocada verbal del primero, lógicamente. Es posible que pasara desapercibido este incidente en las tres horas de juicio en las que el abogado de los trabajadores, la defensa del ente y la fiscalía presentaban universos paralelos, como siempre, en la argumentación de los hechos que venían a discutirse ante el tribunal -ésta es una apreciación de lo más personal- en situación de compromiso, en situación de vergüenza ajena. Sea como fuere, las tres horas de exposiciones, guiños del director general, y de su segundo de abordo y principal dejaron evidencia de las carcomas que una gestión de "san para mí" deja en los rostros de quienes se enfrentan a una sistemática alteración de verdades y buscan distorsionar con expresiones vagas: sí, tal vez, es posible... pero nunca con la contundencia que la defensa de los trabajadores mantuvo como una fórmula matemática y no un hilo de argumentaciones creadas ex nihilo, ex profeso, y sin criterio afín a la ley que pretenden santificar quienes defienden que un servicio público se hace con una veintena de jefes de a 60.000 euros al año y menos una treintena de trabajadores de a 20.000 euros/año.
 Hacer un relato de los hechos es propio de un jurista, y no lo soy; hacer una fotografía de la situación sí: puedo hacerla. A través de un objetivo muy particular y único que tantas alegrías y tristezas me ha deparado, y quiero esmerarme en ello, porque mi primera imagen fue la de un "olvidado" estudiándose de memoria los datos que aportaría -supuestamente- al tribunal si era llamado a declarar, sentado en la oscuridad de un rincón, y ajeno a los saludos y camaraderías del resto de los trabajadores, -no todos, las pamplinas siempre han sido imprescindibles entre los pelotas- el regocijo del grupo en el que en algún momento él estuvo integrado. Otro cargo político mirando al cielo,  no se sabe si en busca de apoyo o intentando memorizar los criterios que le llevaron a admitir y cizañear la lista de 21 trabajadores no polivalentes para sus respectivos trabajos mientras se pagaba un millón de euros a una contrata por hacer algo que hubiera salvado la situación. Su mirada al cielo y sus zapatos castellanos de escaso  número indican que su personalidad es sólo una fachada con la que mirar a los demás por encima del hombro. A él fue precisamente a quien un trabajador le espetó: "¿Saben tus hijos a qué te dedicas? La frase  estrella, la frase que conmovió más de un corazón cercano. Por dos motivos: por la fiereza con la que fue dicha, y por la apostilla que le siguió que retumbó en la sala del tribunal: "No me toques los cojones, no me toques los cojones". Sonaba a desafío de principios del siglo XX, y su efecto fue fulminante porque el señor de los pequeños zapatos castellanos  posó su culo en una silla como quien posa una cucharadita de materia de estrella de neutrones sobre cualquier superficie. Fuera de la sala sonaba el equilibrio de las palabras medidas y ajustadas a mucho tiempo de estudio  del abogado de la defensa y las equivocaciones y desvaríos de la defensa de la empresa; también vibraba, ahora mirando al cielo, el repelente niño vicente, que apenas puede -por no se sabe qué razón- mirar a los ojos de quien ha incluido en la lista y escruta con todo el desprecio que le llega a salir del alma o de donde salga ese asqueroso sentimiento. La espera torna los broncíneos marrones del verano en morados y rojizos,  los rostros dejan ver con facilidad la circulación venosa que tal vez, algún día, se conviertan en trombos de sus anfitriones.  A todo ello, la sala  está callada ante el alegato final de la defensa, tan callada que la secretaria judicial sestea, y no sólo eso,  el público escucha con atención las barbaridades de las que han sido capaces los buenos amigos de palmaditas en la espalda, de tono  parroquial ante el micrófono y en las reuniones con sindicatos  y chalets caros, e hijos ignorantes de su actividad, aún no se sabe si delictiva.  Los mohines de un directivo dejan perplejos a los presentes por parecer propios de personaje de cómic y los bautizos del abogado defensor de la empresa hacen que un extraordinario locutor se convierta en un extraordinario restaurador de muebles antiguos. Quedan  imágenes por medir, como las lágrimas de una redactora impresionantemente bien preparada en todos los ámbitos de la vida y  descalificada como incompetente en esa lista de profesionales que han estado al servicio público durante una veintena de años en la mayor parte de los casos, u otras, como la del nerviosismo de quienes han estado luchando día tras día, en un silencio filantrópico, por unos compañeros que con su ausencia han dejado el servicio público obsoleto, cargado de viejas glorias con enormes sueldos, de más cargos directivos que eficientes trabajadores, porque la palabra trabajador es una especie de carga psicológica en el ámbito mediterráneo, acuérdense de  Aristóteles y de aquella  petición hecha a los escultores de que no firmaran nunca sus trabajos. Son muchos más los detalles de la foto fija que prefiero no seguir desentrañando. El hecho de conocer situaciones de este estilo implica que el recorrido hecho por eso que llamamos sociedad  es muy corto si lo comparamos con los establecidos prototipos humanos, ajustados a su idea de servicio, a su idea de servil ataque contra sus congéneres y lo peor de todo es que el alimento a estas conductas es más que abundante para que nuevamente se produzca una sustitución del sentido común por un poder oligárquico y jerarquizado. ¿Acaso estamos volviendo a aquel panorama paralizante que duró 17 siglos? Esa es la sensación que desprenden miradas como la del señor de pie pequeño o los mohines del señor director general, por unos gobernantes que han decidido destrozar lo construido una vez que eso significa un estorbo para sus planes de expansión futura a costa del ser humano mismo  y de la naturaleza. Es el cuento de siempre, no entiendo por qué no lo vemos todos, sobre todo, no entiendo por qué cada uno vemos un cuento completamente diferente si las experiencias que nos  acompañan son tan semejantes.