Veamos cómo van las cosas. Muy mal, por las noticias que se desprenden de los medios críticos con el gobierno y que no han caído todavía en sus redes. De el diario El País ya pueden ustedes olvidarse como un diario progresista o como se autodenominara. El cambio que se ha producido tanto en el tono de sus editoriales como en la forma de apuntalar la radiografía diaria de la realidad denota su afección al PP. Ya no se hablan de escándalos de corrupción, ya no se afrentan situaciones de denuncia e investigación y mucho menos se plantean claras formas estratégicas de luchar contra un sistema que ha llevado a un partido a conducir un país al margen de su programa electoral, algo que en cualquier otra nación del mundo sería usado por los medios de comunicación y la oposición como alta traición a un estado democrático, ya que, con alevosía y poca elegancia se desmantela el mismo estado democrático al grito neoliberal de "lo que haga falta", cuando los votantes jamás, jamás supieron que ése sería el eje fundamental de la acción de gobierno, la ruptura del estado del bienestar con un único fin mantener en una situación de privilegio a una clase financiera que debiera estar en la cárcel, así de claro y rotundo. No se puede permitir que el desfalco de millones que ha supuesto la ruina de las cuentas públicas, sean de quien sean los bienes gananciales que ellos denominan herencia, sean pagados por quienes han sufrido a lo largo de treinta años de democracia el constante desprecio de la clase empresarial (convertida en rica de cuna y con presuntas estafas millonarias a la Hacienda Pública) a lo largo de los 30 años de democracia en España. En el tira y afloja autonómico hemos comprobado como el mismo sistema que se instaura en el Estado central sirve en las autonomías para convertir el robo y la corrupción en un arma legal en connivencia con una justicia mucho más conservadora y politizada de lo que es bueno para un país.
Cuando leo que en Francia un ciudadano se quema a lo bonzo con 51 años porque bajan sus prestaciones sociales por un error suyo que disminuye sus ingresos en mil euros, me tengo que llevar las manos a la cabeza y pensar en lo que pueden hacer todos aquellos que aún no han recibido los 400 euros de ayuda de junio, una cantidad enorme de familias que vive exclusivamente de ello. mientras quienes arruinaron cajas y bancos siguen con su dinero en paraísos fiscales con cantidades millonarias que jamás volverán al sistema público del que salieron, y encima uno escucha la defensa de la amnistía fiscal que hace Felipe González, el hombre que lo tuvo todo y lo perdió por no actuar con honestidad, dando ejemplo a otros muchos en ese eterno devenir de corrupciones que asolan la democracia española. Encima, te encuentras las extraordinarias declaraciones del ministro converso por aparición divina sobre los terroristas que roban alimentos en un supermercado para darlos a personas que están pasando hambre o, simplemente te encuentras con esa propuesta grandiosa del ministerio de sanidad, personalicemos en la figura de doña Ana Mato, - a quien el juez Antonio Pedreira no quiso meter en el caso Gürtel porque "existiría prescripción en el hipotético supuesto de que concurriesen indicios delictivos". Bien, el caso es que esta adinerada señora de coches caros y conocidas marcas en su vestuario. lanza la propuesta de que los sin papeles paguen dos veces la cantidad que valdría un seguro privado por utilizar la seguridad social en un claro afán de privatizar la sanidad pública como ya se ha demostrado con inexplicables medidas que obligan a un jubilado con una paga de 1000 euros a dedicar una cantidad extrema de dinero por las medicinas de él y su esposa.
Por otra parte veo un contubernio judeo masónico en "Le monde" según el cual la televisión española está siendo objeto de una purga stalinista o franquista (viene a ser lo mismo) y en el que las declaraciones cautas de los protagonistas de tal vergüenza política se llenan de honor con las palabras, por ejemplo, de Toni Garrido, un hombre que ha duplicado su audiencia desde que inició su andadura en "Asuntos Propios".
He de reconocer que no tengo mucho tiempo este verano para hacer análisis de la situación que vivimos pero, al mismo tiempo, lo lamento en extremo porque es el momento más preocupante de nuestra historia democrática, el momento en el que asistimos a un periodo previo a algún tipo de esclavitud, momento en el que empezamos a ver la pobreza disimulada en los rostros de algunos niños, esos a los que Mariano Rajoy y su gobierno han condenado a una pobreza segura, según denuncia la ONU. Siempre nos quedará un hotel de cinco estrellas en el que pasar las vacaciones , aunque esté sentenciado a su demolición y sea ilegalmente promovido por los intereses que defiende el ministro que disfruta de las magníficas vacaciones que el sistema deniega a los ciudadanos.
