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domingo, 31 de marzo de 2013

ME QUEDO CON GREGORIA

-¡Nooo!- Era el grito de guerra, el grito de angustia y el grito de rebeldía, poco importaba que luego lo llevaras a comer gambas o de paseo por el pueblo: bien guapo. A ti tampoco te gustaba que te metieran la cabeza debajo de la pila y te rascaran las orejas como si fueran a desollarlas. El "no" era alargado, sonoro, gritado hasta la extenuación y hasta el llanto más profundo. La pataleta fuerte y vigorosa que corresponde a un niño de 6 años sano y cabezón como el solo, sin cuidado alguno con sus ojos y el persistente escozor del jabón, babeando mientras lloraba como si lo estuvieran matando, con el susurro entre dientes de una abuela asustada e indecisa en salir a ayudar a su nieto o morderse los labios y aguantar los hirientes chillidos mientras Gregoria terminaba de adecentarlo. Siempre con determinación y con cabezonería, el rasgo distintivo de los "Castaños", como si un gen predominante nos invitara a ser rebeldes por naturaleza a la sumisión y al porque sí. Sin embargo, una vez desollado y deshollinado -como tú decías- el abrazo, después, y el cariño eran profundos y sinceros, llamaban a la paz y al sosiego entre unos brazos de matrona que recogían el menudo cuerpo con tanto amor como eran capaces de regalar, como una algarada de sentimientos, locamente desprendida entre besos y apretones y achuchones y rechupeteos y mil carantoñas que se impregnaron en el alma de su infancia. Entre gritos de cariño y gritos de mandato fue creciendo hasta descubrir que un día ya no estarías más a su lado y a pesar de preguntarse por lo sucedido no halló respuesta.

A la memoria de la tía Gregoria que me deja algo más huérfano de cariño un 31 de Marzo de 2013.

jueves, 28 de marzo de 2013

CONDENADOS A EXPLOTAR

Hollande, el presidente francés, dice: "la austeridad condenará a Europa a explotar". No es un visionario en política el señor Hollande, su desapego a Alemania viene marcada por la impopularidad que ha experimentado en el tiempo que gobierna, con muchos desencuentros, Francia, en la línea roja aún y en la mira de eso que se ha dado en llamar: mercado financiero. Su análisis sí es coherente. Una Europa gobernada por políticos impopulares, odiados incluso, obliga a considerar o recomponer el juego que Alemania, el Banco Central Europeo o los oligarcas de la Comisión, llevan a término con la austeridad como sinónimo de bomba programada, y cuyo gobierno acometen con menos sentido de Estado del que se les presuponía. El gobierno de la Eurozona  se aleja a marchas forzadas de los ideales de sus ciudadanos -y si no es así que alguien  explique el descontento,  el estupor y el odio que se está generando una vez más (tercera vez) hacia su pueblo, sólo porque su líder ha entrado en el enroque de la austeridad-. Europa responde con cambios normativos caprichosos, con desencuentros con un proyecto que ilusionó mientras no faltaron el dinero corriente, las ayudas y el crédito y , ahora, ante este nuevo orden mundial incierto en el que todo lo público es condenado a la privatización, al recorte presupuestario para generar dividendos de monstruosa desigualdad pecuniaria (sólo tienen que ver los sueldos de los consejeros de los bancos ahora nacionalizados y el sueldo de los expolíticos ahora venidos a consejeros de alguna de las empresas que fueron "regaladas" por el gobierno de Aznar a sus amigos y el sueldo de los trabajadores de esas empresas que han sufrido una caída libre, tan libre como las de los denostados funcionarios). ¿Ocurre lo mismo en el resto de Europa? Por lo que estamos viendo noticia tras noticia sí ocurre, es la tendencia, es la pescadilla que se muerde la cola hasta que la bomba programada estalle y, descontroladamente, arrase una vez más el trabajo hecho durante años  para generar unión en vez de disensión, unidad frente al atomismo que los españoles conocemos bien y Europa empieza a practicar.  Es preocupante el desapego que los políticos están mostrando a sus gobernados, incluso cuando sus gobernados se muestran sumisos a la no violencia y en algunos casos son los mismos políticos quienes quieren provocar el descrédito con aseveraciones tan fuera de lugar como la de la gobernadora civil de Madrid o las actuaciones últimas del Ministerio del Interior de España.






miércoles, 27 de marzo de 2013

ESCRACHE

Signifique lo que signifique, venga del lunfardo o del italiano (escupitajo) venga de la acepción fotografía o de la significación echar en cara, el escrache, no es más que una moda, esa moda que inauguraron los periodistas dedicados a llevar las campañas de imagen de los políticos - en virtud de las cuales todo es completamente distinto a la realidad por dulcificación, negación, antítesis, cariñosas manipulaciones del lenguaje o perversos usos del  mismo- y que lógicamente como táctica se les ha escapado de las manos.  
Puede entenderse que un partido político que habla de "crecimiento negativo" para referirse a la recesión o maneja el eufemismo como nunca antes había sido usado, excepto en regímenes dictatoriales, sea capaz de articular una campaña de descrédito contra una persona o una plataforma con el fin de acreditar ante la opinión pública las decisiones que ya ha tomado respecto de la iniciativa parlamentaria que (recordemos fue rechazada y aprobada, mañana y tarde respectivamente) piensan ante todo diluir en la opinión pública con acusaciones perversas usando términos que criminalizan a la víctima y salvaguardan el "honor" del "criminal" (presunto y si lo hubiere).
Es posible que Rajoy espere ante los movimientos de denuncia un trato de exquisita terminología, ésa tan afín y correcta usada por la líder de comunicación del Partido Popular,  Dolores de Cospedal, con sus diferidos y directos, o por su más cercana "dama de hierro del periodismo"  la siempre metódica y exuberante, verbalmente, Carmen Martínez Castro. Es posible que quien considera comportamientos profundamente antidemocráticos luchar por la propia dignidad convenida constitucionalmente deba expresarse en términos chistosos: " ¿Su excelencia convendría que nos acercáramos a usted para solicitarle amablemente y sin que su persona resienta desorden e intimidación alguna al criticar bondadosamente su actitud prodesahucios al limitar su "grandérrima" capacidad de expresión con nuestras voces algo sonantes para que considere la fórmula más alejada a su personalidad política y apoye una reforma que deja a miles de personas en la calle mientras los bancos  se enriquecen  a través de cláusulas abusivas como ya ha dictaminado el tribunal de Estrasburgo?". 

En cualquier caso es previsible que el uso demoníaco del lenguaje nos llevará -como escuchaba en  voz de un gurú de la literatura y el periodismo ( J.J. Alonso Millás) a una Torre de Babel, en la que nadie entenderá qué es lo que se le señala porque lo que antes significaba una cosa, ahora significa algo parecido que no tiene que ver con la cosa misma. El lenguaje eufemístico es proclive a convertir en irrealidad lo patente, en verdad la mentira o distorsionar cualquier apreciación que tengamos sobre cualquier cosa, y aún más, el lenguaje plagado de eufemismos  no es otra expresión  que aquel pensamiento de Malcom X que señalaba a los medios de comunicación como capaces de hacerte odiar a las víctimas y adorar a los verdugos (presuntamente si los hubiere). 

El escrache no es violencia asesina como garantiza alguna gobernadora civil pasada de perversión en sus argumentos, ni intimidación criminal como responde casi con lágrímas en los ojos un filibustero de la política capaz de decir digo o diego en treinta idiomas diferentes, eso sí, aprendidas las palabras y nada más que las palabras para tal uso, y sin respeto moral alguno por el disfrute que haga de ella a favor o en contra. ¡Ah!  y "escrache" somos todos, porque el día que dejemos de decirnos las cosas a la cara y con la altanería justa estaremos mucho más perdidos de lo que estamos en esta sociedad que necesita poner carteles a todo para saber qué significa en unas coordenadas espacio-temporales concretas. 

martes, 26 de marzo de 2013

PROFÚNDAMENTE ANTIDEMOCRÁTICO



He tenido una oportunidad única al poder escuchar a un contundente Gaspar Llamazares vapulear con argumentos y poner contra las cuerdas a la ministra de trabajo del gobierno de Rajoy, y  en su  sitio al incontinente presidente del Congreso de los Diputados, el mismo que soltó aquel "coño" tan "recordado" por otros, en tiempos en los que la democracia era un peligro para quienes se atrevían hacer "escrache" en el parlamento con pistolas, metralletas, etc... Gaspar Llamazares ha sido tajante al señalar que la democracia no es más que un gobernar por decreto. Treinta y cinco decretos son muchos decretos, y de todos ellos podemos hacer memoria pues van dirigidos contra quienes no tienen depósitos de más de cien mil euros en los bancos rescatados, con el dinero de la sanidad de nuestros enfermos, el subsidio de nuestros parados y la poca oferta de trabajo que pudiera tener ese colectivo que sufre un 55 por ciento de desempleo y que se llama "joven".
Profundamente antidemocràtica ha sido la actitud y el gobierno de un partido que, amén ahora de los escándalos de sus tesoreros, ha convertido su labor en todo lo contrario a aquello por lo que se le votó. Las mentiras del PP vienen de antaño, tal vez la gente ha olvidado, aquellos momentos en los que se nos mintió un 11 M con descrédito eterno para quienes le creyeron, entre otros la propia organización de Naciones Unidas, siguió haciéndolo con sus adláteres a través de los polvos bóricos y sencillamente siempre y en cada ocasión en la que ha tenido la oportunidad de hacerlo: sin miedo, sin vergüenza, sin rubor;  porque parece que se siente cómodo instalado en la mentira. Si analizan ustedes el caso Bárcenas, podrán concebir una idea del descaro con el que la secretaria general del partido, Cospedal (señalan algunos medios que  insultada por Aguire, la dimitida por no se sabe qué razones) más o menos fidedigna de lo sencillo y gratuito que les sale la mentira . El caso es, que  una vez más el aparato mediático del partido sale organizado, en un singular "total" digamos lo que digamos".... a insultar a Ada Colau, justo en los días anteriores a la resolución parlamentaria de la PAH. Lo hecho por Cifuentes, la delegada del gobierno que ve más etarras que Rosa Díez, no es nada comparado con las palabras del propio Rajoy, quien ve profundamente antdemocráticas las protestas del colectivo de desahuciados. Sinceramente vivimos en un país muy enfermo políticamente, demasiado como para que se produzca una regeneración democrática. 

sábado, 23 de marzo de 2013

La valiosa región oculta.





"Los de siempre, aquí están los de siempre", quienes rompen la baraja o quienes se quejan en el ejercicio libre de su opinión y voluntad. Podría ser el comienzo de cualquier novela pero me temo que se queda en las palabras pronunciadas por un personaje no tan real como pensamos y sí más ficticio de lo que él imagina. Veinte años de pobreza en democracia no son suficientes, veinte años de sueldos paupérrimos y jornadas agotadoras no son bastantes, veinte años de marcadores económicos señalando el inmovilismo y la muerte agónica de la clase media carecen de importancia para el electorado de la región. Que te corten la cara en el exterior señalándote en un gráfico a Murcia con el doble de pobreza que el resto de comunidades autónomas no es importante para quienes en veinte años han creído vivir en una región que iba a catapultarnos a la riqueza y la abundancia. "Cuentópolis", centros comerciales "a gogo" sin gentes con capacidad de consumo (excepto los ya habituales y conocidos), Marinas de Cope inconstitucionales, irregulares recalificaciones en nombre de unos poquitos que han constituido el gran lobby murciano del "desarrollo" y del "progreso" y una Comunidad Autónoma que tolera que se page tarde, mal y nunca en apoyo de magalomaníacos proyectos que sólo satisfacen los bolsillos de unos pocos. Podemos hablar de la televisión, podemos hablar de la quiebra, también, de las autopistas de pago cuyos terrenos siguen sin abonarse a los agricultores, igual que los terrenos sobre los que se asienta un aeropuerto que sigue y, temo decir, seguirá cerrado por siempre, y dejo al margen otros muchos proyectos, incluso menos cabales.


Si en esta región el periodismo fuera tal, y su libertad no quedara restringida a residuales medios de comunicación que subsisten contra todo pronóstico es probable que otro gallo social nos cantara. Hemos terminando asumiendo que las mentiras a fuerza de repetirlas son verdades y nadie las cuestiona, es más, se paga muy coherentemente algunos  buenos sueldos para que esas mentiras afloren con abundancia y claridad en los medios de comunicación mejor controlados con la sacrosanta e imprescindible publicidad institucional. Nuestro dogmatismo, nuestra fe, no solo la depositamos en los ídolos religiosos, también la postramos (la fe) en cuanto nos rodea, sin asumir más crítica que la que podamos realizar con unos amigos en una gloriosa tarde de "solecico" con cervezas frías y perpetrar así en nuestra contra aquello que digamos a voz en grito marinera va, oliva partía viene.

sábado, 16 de marzo de 2013

Carta pública a María José Garcerán y otros



Querida @María José Garcerán: 




No sirve hablar de consuelo, paciencia y resignación cuando se acumulan las dolencias del cuerpo y los dolores de espíritu. A cualquiera que le llegue un momento de dificultad debería encontrarse con un Estado generoso que le ayudara y no le rematara, como viene siendo el caso en los últimos años. Tú y yo hemos creído en "la bondad de los extraños erróneamente"; hemos sido voces que han confíado mucho más en los demás que al contrario y, por ello, vivimos más en la incertidumbre que quienes no saben delegar. Yo "puedo llorar por un ojo" (lo diría mi abuela) a pesar de las noches sin dormir, a pesar de no poder concentrarme para terminar cuatro míseras asignaturas que me quedan y concluír una carrera que ( no es por pornerme medallas, podría haberla realizado íntegra en dos años y medio), a pesar de tener que tratarme para la tensión nerviosa por culpa de una incertitudembre que si tuviera 20 años mandaría al carajo pero que en la edad que tengo me cuesta, me cuesta, mucho, muchísimo: supera mis capacidades. Creo que no hace falta que diga que a lo largo de mi vida profesional siempre he cumplido mis obligaciones, incluso las que me conducían a vivir en un ostracismo profesional tutelado. He tenido que tragar sapos y culebras, y aguantar que todos los días el pulpo fuera mi compañía. He tenido que soportar que el grueso de compañeros miraran para otro lado cuando les decía que estaba cotizando al 75% a la seguridad social y que sólo he logrado después de 15 años de trabajo, hacerlo por diez, y he tenido que oír el "sonido del silencio" cuando explicaba a los comités de empresa que mi contratación era irregular. Todos me han respondido con menos o más simpatía que "eran lentejas". Tuve el coraje de entrar en el despacho del anterior director y decirle a la cara que, o me subía el sueldo o me marchaba. He tenido que soportar como la responsable de recursos humanos me invitaba verbalmente -en una reunión con un abogado y otros compañeros en situación semejante- a que me fuera si no estaba de acuerdo con las condiciones ajenas y extrañas al convenio colectivo en vigor. He trabajado ocho años de madrugada a la mitad de precio que cualquier otro trabajador de la casa -me importa poco que algunos me hayan señalado como "lastre estructural" para Onda Regional de Murcia. Llevo años trabajando en una categoría y cobrando como un administrativo o un técnico por el simple hecho de que la dirección (también he de decir que no sé si la de la emisora o la del ente RTRM) considera mi labor profesional de menor valía que la de cualquier otro, no existe otro motivo, puesto que en su día presenté mi curriculum y mis prácticas como periodista en Antena 3, firmadas por Miguel Ángel García Juez, y quedaba bien claro que en el convenio colectivo el apartado correspondiente a la contratación externa señala que sería redactor-locutor quien tuviera carrera superior, de periodismo "O" acreditase experiencia suficiente. 




El caso, María José, es que aquí estoy expectante de tener hambre, si alguien decide echarme a la calle con cincuenta años; si alguien considera que la labor pública de una emisora no es rentable para el actual sistema "pseudodemocrático" -consideración completeaente personal- que nos gobierna. Aún no sé qué significa tener que decidir entre que te corten el agua o la luz, no sé tampoco estar en situación de "stand by" -cómo odio los términos anglosajones- , es decir, a la espera de que corten mi cabeza o la de cualquiera de mis compañeros, habiendo hecho todos una labor extraordinaria, (unos más y otros menos, como en todas partes) pero labor cotidiana e importante en el transcurso de 22 años.




Hace unos días leía un artículo en el que Ana Reviejo, compañera de la casa y extraordinaria periodista, manifestaba públicamente lo que cobraba en Onda Regional y yo, aunque sea por este medio, también quiero exponer que mi sueldo en nómina -sin pagas prorrateadas, jamás he cobrado una paga extra a pesar de corresponderme por convenio, igual que no he cobrado un festivo en mi vida, y trabajo obligadamente sábados y domíngos y en el convenio también se recoge- es de 64 € diarios de los que pago entorno a los 450 € de impuestos mensualmente. He tenido que vivir en los últimos cuatro meses con un sueldo de 1200 € (La pena y la vergüenza es que una gran mayoría de compañeros cree que ése es un sueldazo, un auténtico sueldazo, porque conozco actualmente valiosas voces y firmas en el periodismo que hacen auténticas jornadas laborales sin cobrar un solo céntimo, llegan a trabajar hasta en cuatro y cinco medios de comunicación "de balde").




¿Qué intento decirte con esto? Pues que mi caso es parecido al de otros dos millones de personas que están perdiendo su amparo laboral a través de la estudiada aniquilación de los convenios colectivos y quiero decirte que las dificultades, aunque sean para muchos, no son consuelo para nadie. Y que nuestra actitud colectiva ha sido rota por una política social que pretendía hacernos creer que éramos marqueses" sin fortuna, es decir algo parecido a aquellos hidalgos que echaban unas migajas sobre su pechera y paseaban el estómago vacío, y cuyo honor, orgullo o vete tú a saber qué, no les dejaba codearse con la humildad y con ese ideal del bien común tan denostado y olvidado en este tiempo de corrientes neoliberales que señalan que lo mejor y lo único es confiar en "la bondad de los extraños". El futuro que nos espera ¿lo hemos ganado a pulso? ¿lo hemos convertido en nuestro merecimiento? ¿ lo podemos cambiar?




Querida María José, intento con estas letras transmitirte un poco de valor, un poco más, sé que el tuyo es infinito, pero un poco de apoyo moral igual no viene mal. El caso es que yo sigo esperando a que llegue mi hambre mientras tú ya la estás pasando (y espero que sea en sentido metafórico)




Atentamente tu amigo y compañero radiofónico: Antonio Escolar.




De momento lo dejo privado por temor a que una vez hecho público mi hambre se adelante. Como siempre por miedo, por cobardía...

Es hora de hacerlo público, se acerca el viernes de Dolores.

lunes, 4 de marzo de 2013

HISTORIA DE UNA GRAN MENTIRA



Se dice que la verdad es inefable y la mentira tiene las patas cortas; bueno, se decía, queda trasnochado ese refrán que sin duda sustituiremos por un aforismo anglosajón que contenga muchas palabras que nos ayuden a parecer más, más, más.... lo que sea. Alguien que nació en 1965 y pudo ver los coletazos del tardo franquismo, conoció como las gastaba el régimen militarizando lo público y salvaguardándolo como cortijo propio, percibe, 45 años después, la disposición patrimonial del Estado en manos de los taifas de turno que poco o nada tienen que ver con cuestiones territoriales e idiosincrásicas, en absoluto. Estoy convencido, si echamos un vistazo a la hemeroteca encontraremos razones suficientes para alarmarnos por esa extraña disposición patrimonial que se establece entre lo público y lo privado. Cómo lo público va quedando en manos privadas conocidas y muy relacionadas con quienes ostentan el poder público, ejemplos tenemos cincuenta mil o más. A lo largo de la existencia de este nuevo episodio democrático -que nadie vaya a poner en tela de juicio mi adhesión a las ideas democráticas- la sociedad ha convertido el país en lo que es, en lo que la sociedad en sí misma expone como deseos democráticos. Pero ¿las críticas a los políticos deben caer a plomo también en la sociedad que los elige? Como dice esa máxima gráfica que aparece en las redes sociales y que señala a al pueblo como cómplice de las tropelías de la clase política. En los años que llevamos de democracia hemos asistido a una "partitocracia" que no es otra cosa que el reconocimiento del poder oligárquico inmerso en un proceso democrático de mentirijillas. Vale, Europa nos obliga a acatar el libre mercado como fórmula económica, guía de nuestros intereses ciudadanos. Al final, encontramos que lo que antes era de muchos (más o menos eficiente) ahora es de unos pocos, mucho más caro y más o menos eficiente, pero mucho más caro. Asistimos a ese baile de parejas en constante "vals del minuto" que confieren y difieren poder público a sus maridos y mujeres en la sombra de la caverna de lo privado, incluso convirtiendo lo público en una caverna mucho más oscura y opaca que la caverna adosada privada. 


Dejemos los oscurantismos medievales a los que España ha tenido tanto apego a lo largo de su historia y busquemos transparencia: es lo que piden los ciudadanos (muy tarde, muy tarde ya), transparencia cristalina con cada cuenta, con cada decisión, con cada apropiación indebida, con cada ley que socava los principios universales que salieron de una revolución que hizo perder la cabeza al poder oligárquico en otros países que no fueron España y este país se empeña en obviar después de las masacres de la guerra civil y después de las cribas del franquismo. A esta hora y en este minuto pareciera que la organización metódica de una red (no la he bautizado, es abstracta y genérica) ha roto con todos los paradigmas de la justicia, la igualdad y la legalidad. En España con más frecuencia todo es ilegal, todo es susceptible de corromperse, todo es amparado por unos jueces proclives a caer en las manos del poder económico y satisfacer casi siempre las exigencias de la oligarquía. Si quieres ir a la cárcel no robes mil millones de euros, roba dos gallinas. No creo que diste tanto de la consideración que tenían mis padres en la época de Franco; con razón dijo eso de: "lo dejo todo atado y bien atado". Lo recuerdo bien porque fue el póster de mi infancia, el primer póster que se exhibía en las escuelas junto al crucifijo y los malos encares de los profesores más afines al régimen. 


Resulta doloroso seguir hablando de franquismo cuarenta años después como resulta doloroso que todavía en España se mantengan los parámetros de equiparación con la guerra civil, y las injusticias sean ahora más cruentas que antaño. Espero que la sociedad española reflexione, con cabeza, con espíritu democrático realmente y se deje de propiciar el cainismo a la hora de tomar soluciones para un país en venta, un país agonizante y un pueblo muerto de miedo. ¿Qué gobierno puede permitir una cifra de 6 millones y medio de parados? (y los que llegan) ¿Qué sociedad puede permitir a un gobierno que mantenga esa cifra y la privatización de todo por cuanto se ha luchado dentro de unos ideales de bienestar social? La respuesta no la tengo yo, la tienes tú (o usted).