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lunes, 30 de abril de 2012

LA XENÓFOBA ULTRADERECHA EN EL PODER

Todo sigue siendo un asombrarse constante por las medidas adoptadas, reiteradas y alardeadas sin "vergüenza" por el gobierno de Rajoy. Tan acostumbrados como estuvieron siempre en el pasado a llamar mentirosos, con todas sus letras -y a salvaguardar el honor, y todas esas patrañas dialécticas que tan bien utilizan los oradores más asesorados de nuestro país-, descubrimos que todos los términos usados por la derecha española para descalificar a sus contrarios se queda corta, completamente pequeña para la terminología que haría falta para calificar la actitud de un gobierno mentiroso, por que ha incumplido la mayor parte de sus propósitos electorales (y eso es de ser mentirosos, no un poquito, sino los más), sectarios y xenófobos (porque han roto con el principio de universalidad en la sanidad, la educación y la justicia), su actitud política y las medidas adoptadas les pasarán factura. Han dejado a muchas personas abocados a la muerte; sí, no es exagerado (conozco muchos ejemplos que en unos meses darán que hablar). Este gobierno se convierte en xenófobo porque le inspira la ultradarecha francesa y la propia española que tan bien cobijada se encuentra en sus filas. Ni Francia, ni Portugal ni Grecia dejan a los sin papeles en situaciones tan injustas y vergonzosas para la marca de España que tanto quiere defender Rajoy.  En esta tercera guerra mundial económica que estamos viviendo sólo queda clara una cosa que Alemanía la perderá por tercera vez y que sus acólitos económicos, que vuelven a ser España e Italia, como en el pasado, tal vez Francia (ocupada como lo fue en la segunda con un presidente colaborador como ha sido Sarkozy hasta ahora), pero lo peor de todo es el sin sentido  que supone que en España una señora de la limpieza a la que le obligan a trabajar los domingos a cuatro euros la hora (y porque está enchufada) vote a la derecha, igual que pensionistas que veían el temor de que se tocaran sus pensiones. Son demasiadas las maneras en las que se evidencia una especie de golpe de estado al querer con una mayoría absoluta, simplemente coyuntural, porque este país es un país en el que la información mejor se distorsiona y peor se comprende, intentar modificar leyes y pactos de estado que han costado 30 años, después de 40 de dictadura franquista, establecer. Toda esa lucha de millones de personas, que lo hicieron para que existiera una democracia real, se ve tirada a la basura: primero, por la indecencia política, me da igual quien sea el político y el partido, hay mucha en este país, segundo la indecencia personal, al votar con su apoyo medidas indecentes y vergonzosas que nos alejan de los umbrales democráticos y nos convierten en acólitos de xenófobos ultraderechistas a quienes se les aparece dios antes de ser ministros. La vergüenza se ha instalado en nuestra sociedad porque sin darnos cuenta, nos han motivado psicologicamente lo suficiente para aceptar estas vilezas programáticas que sólo afectan a los ciudadanos más pobres y más honrados (digo honrados a conciencia porque ellos son quienes nunca pueden alterar sus nóminas ni sus ingresos fiscales). Las grandes fortunas ya están haciendo números  invirtiendo en coronas suecas y  libras esterlinas, amén de los siempre bienvenidos, para ellos, paraísos fiscales, con el fin de no quedarse sin dinero en caso de que salgamos del Euro, que aunque no lo parezca, se convierte en la salida más honrosa para quienes han esquilmado el estado de bienestar porque a ellos, a unos cuantos de ellos y los siempre agradecidos acólitos, ese Estado no les interesa,  porque la universalidad de la justicia, la sanidad y la educación les deja sin la probabilidad de hacer negocio con la salud, la educación y la honra de los ciudadanos. Hace poco dijeron que tenían que decir lo que pensaban porque ya no estaban en campaña electoral, una frase tan desafortunada como real, ahora, es cuando están diciendo lo que verdaderamente piensan. Que los ciudadanos  de este país no tienen los mismos derechos, y que es mejor que no los tengan porque de esa forma el futuro negocio está garantizado. Sigue votando a la ultra derecha. Si querías votar a la derecha con votar al Psoe tenías bastante, al menos no atacó de una manera tan evidente el estado y los pactos de estado como lo han hecho en sólo tres meses Rajoy y su gobierno,  un gobierno que recuerda al Franco más vil, un gobierno que se asesora, igual, bajo palio. Y que contesta a sus ciudadanos figurativamente hablando: "Te  jodes".

lunes, 23 de abril de 2012

EL PODEROSO SIN ESCRÚPULOS, SIN VERGÜENZA Y SIN CUALQUIER ATISBO DE QUE LAS POSEA

Vamos con el cuento ese de conozco a un amigo que me ha dicho que  le han dicho que alguien conoce a una persona a la que le pasó lo que voy a relatar a continuación. Desde el año 97 (el amigo que dice que alguien le habló de una persona que dice conocer a alguien que le pasó ésto) ha estado contratado en fraude de ley, como miles de trabajadores en la región, siempre con el miedo en el cuerpo ante la posibilidad de un despido y ante las más aventuradas vergüenzas vociferadas por parte de algún superior con más ansias de poder que capacidad. Dice (...) que ha tenido que sufrir el rigor más absoluto en su sueldo,  que quedó con su contratación desvinculado de un convenio colectivo que nunca le avaló, así como de un comité de empresa (varios) más interesado en el beneficio personal de sus miembros que en cualquier otra cosa. Al cabo de quince años y en el peor momento que vivía la empresa le llaman diciendo que, lo que ha solicitado es viable y se reconocerá su antigüedad, pero no su categoría profesional, con lo que seguirá cobrando lo mismo, amén de estar contratado a tiempo parcial cuando su trabajo no lo es. No es una cuestión de culpas personales de uno u otro, como suele decirse entre todos la mataron y ella sola se murió. El caso es que como si de un síndrome se tratara,  aquello que siempre fue una constante humillación por parte de  los miembros directivos y de aquellos "sindicalistas",  que una vez fuera del poder incluso tuvieron la desvergüenza de decir que "yo" -es decir, esa persona que alguien dice concocer y que le comentaron el caso a un amigo del amigo de una amiga que conoce la historia de primera mano-, era, nada más y nada menos, que un "lastre estructural" para la empresa. Ese alguien, con sapos y culebras en el estómago durante años, ha continuado su trabajo siempre con la misma dignidad o indignidad (según quien le juzgue) y ha trabajado con la ilusión habitual que siempre ha demostrado en  una ocupación  que siempre le pareció un sueño por que era "hacer lo que más le gustaba en el mundo". Pese al freno de su creatividad, y por supuesto de su libertad en gran parte de las acciones emprendidas, siempre realizó con pasión ese trabajo grandioso por muy pequeño que fuese. El caso es, que tras quince años de conculcar los derechos laborales de esa persona nos encontramos que la medida conciliadora es tener que escuchar a un miembro del equipo de recursos humanos lo siguiente: "le tenía que haber despedido cuando me obligaron a sanear las cuentas de la empresa..."  (advierto y puedo hacer comprobación de lo dicho que con un sueldo de alguno de los directivos es posible que se pagaran hasta cuatro sueldos míos; en algunos meses, hasta ocho sueldos.) "... y que si no estaba contento me tenía que haber marchado y no dar tanto la lata". Ya se sabe que los de recursos humanos son los más carroñeros de los  jefes, de hecho ese es el puesto de trabajo que realizan,  pagan su prestigio y su sueldo acabando con el trabajo de, normalmente, gente mejor preparada que ellos mismos, para que nunca sean un estorbo, y les facilite así su ascenso en el organigrama. (El sistema está configurado de esta forma, tal vez sea mejor o peor que otros, pero, desde luego, es el que es, con las circunstancias que de él dimanan) Sin embargo, lo más duro fue refrendar  directamente a los ojos el poco aprecio personal y profesional que le tenía quien, sin duda había sido considerado un aliado en su "legalidad" como trabajador de la empresa. Las frases dichas con desdén, desprecio y mal humor sólo sirvieron para que la persona en cuestión lanzara un "basta ya" tan alto que todos quedaron parados en la mesa y movieron todos los resortes necesarios para hacer una defensa rápida de lo indefendible. ¿Cuanto están disfrutando muchos que no merecen ningún disfrute? (Continuará)

DÍA DEL LIBRO: UN RECUERDO PARA FUTUROS ANALFABETOS







Nadie vaya a pensar qué, porque de vez en cuando escribo unas líneas, tengo vocación de escritor, ni mucho menos; de hecho, no sé escribir con la fluidez necesaria para plantear temas realmente importantes y valiosos para todo el mundo y me planteo siempre a qué es debido que en nuestro país exista una fobia tan inmensa a la escritura y lectura, es casi una fobia ancestral que proviene de la misma literatura. Esa fobia creo que ha sido mantenida con orgullo por los iletrados que nunca tuvieron acceso a la lectura y la escritura en sus haberes personales y en el caso de España siempre se han numerado por millones. Después de 30 años de Democracia el número de analfabetos ha descendido, ahora se les llama de múltiples maneras con calificativos extraños (funcionales, orgánicos, severos, tecnológicos....). En cualquier caso, la incultura ha sido un sello en la historia de este país, lo fue, a pesar de las grandes firmas y de los grandes monumentos a la literatura universal. El pueblo no debía leer, debía mantenerse virgen a los pecados de la lectura y la escritura era la mejor manera de manipular desde púlpitos y tribunas sus intenciones y su destino. La democracia siempre impulsó el saber como fórmula esencial de conquistar la libertad, personal y social de una clase completamente afincada en los pareceres que, quienes sí son maestros de la palabra, inculcaban en gente poco hecha a la oratoria y virgen de lecturas y casi de conocimientos. 

La lectura en este país siempre fue cosa de poseedores de extraordinarias bibliotecas de caras encuadernaciones, a veces, con el sólo afán de complementar una decoración suntuosa en una casa que no podía prescindir, a ojos de los demás, de una nutrida sala despacho, pocas veces usada: lo muestran algunos incunables llegados a la BNE (Biblioteca Nacional de España). Sea como sea, algo claro sí se puede decir al respecto de lo que ocurre actualmente en relación a aquello que ocurrió en el pasado: la incultura es la mejor base en la que asentar ideas marciales, despóticas, sectarias y falsamente libertarias. Hemos visto como quinientos cincuenta años después de la invención de la imprenta, en España es todavía necesaria la invención de un día del libro como si la lectura necesitara de un fomento entre una población que se siente sabia sin leer, sin conocer más allá de un titular de prensa o radio (ahora básicamente la televisión) y ya sabemos cuales son los programas de mayor audiencia (entre ellos no se encuentra REDES, seguro).

La lectura que fomenta la democracia, en general, la conculca una ideología autoritaria que considera el saber patrimonio de los mejores, patrimonio de aquellas mentes que, susceptibles ante su facilidad de adquirir conocimientos, se dejan llevar por la idea de la grandeza personal y egoísta de ideales que afloran siempre desde ese afán de considerar la lectura, la cultura, el conocimiento o el saber como el propio de unos pocos y cuanto menos mejor para que las ideas religiosas sustituyan con más facilidad la idea de la superación por el conocimiento. Este planteamiento que estaba vigente en el siglo XVI aún se mantiene en la España de ortodoxias religiosas y acérrimos enlazamientos con las ideologías más conservadoras y rancias de nuestra sociedad. ¡Qué extraño que en la Era de la auto vertebración de la comunicación, ese tema, siga vigente en las medidas políticas adoptadas por un gobierno que con muchas más sombras que luces torpedea el sistema de igualdad universal jurado en la constitución vigente! Espero que los mejores sean algo más justos que los mejores ( y no es una equivocación, es una paradoja).

miércoles, 18 de abril de 2012

EL DESPIECE DEL BIENESTAR SOCIAL

¿Quien tiene razón  cuando confunde a los demás con decisiones que en la oposición las hace creíbles y las convierte en cabecera de cartel de su campaña electoral, con mentiras constantes y continuadas obligándonos a creer medias verdades como única vía de escape y encontrarse tres meses después, mejor dicho, diez días más tarde que todas esas medidas  que deben adoptarse son medidas encaminadas a desmantelar el estado de bienestar que tantos años, esfuerzos y muertes han costado a los ciudadanos de este país? Yo siempre pienso que los gobiernos del Partido Popular son gobiernos muy encadenados a grandes grupos de poder que mantienen una sinergia constante con sus líderes a fin de conseguir aquellos planes estratégicamente planificados. En la Región de Murcia, Región que está a la cola de cuantos registros y recuentos hagas, excepto en el número de mercedes matriculados y billetes de 500 euros encontrados en  pesquisas realizadas por  la policía en los últimos años.

Confieso que no entiendo más que someramente  esta situación que vivimos, es complicado hacerlo cuando las medidas adoptadas no son explicadas por el responsable que las toma en último término: el presidente del gobierno  pasa mucho tiempo escondiéndose  en garages y salidas por puertas secundarias. 
No sé si fue una premonición pero al cabo de los años se ha convertido en una realidad, a pesar de lo vieja que queda ya la película de Almodovar que contiene un "sketch" publicitario en el que se compara a los jubilados alemanes con los españoles: de vergüenza resulta comprobar la actualidad que tiene ese gag almodovariano tan perspicaz siempre y con tanto sentido de  la realidad como siempre demuestra. El copago farmacéutico es el mayor despropósito realizado por un gobierno. No hablaré de los gobiernos de izquierdas que han mantenido una política de derechas pero este gobierno de Rajoy es el mayor despropósito de la democracia, en menos de tres meses de gestión. Han acabado con una realidad social para inventarse otra distinta en la que el dinero es el único responsable y los montantes totales de emolumentos para el Estado es una nimiedad improvisada, o igual debemos atenernos a las palabras del diputado que exhorta a hacer lo que tienen que hacer y decir lo que tienen que decir porque ya no están en campaña electoral. He vivido todos los gobiernos de la democracia española, pero nunca encontré uno  títere que improvisa medidas y que se alejara tanto de la verdadera realidad. La riqueza no la consiguen los empresarios, por mucho valor que le echen a cada momento; la riqueza la creamos todos y desvestir a unos santos para ponerle las ropas santificadas a verdaderos demonios de la especulación de de la extorsión más clara, no es más que pervertir una realidad social que antes o temprano estallará socialmente. En España los ánimos están calmados, aunque se soliviantan por minutos, pero medidas como ésta  convierten nuestra sociedad en una  muy distinta a la que la gran mayoría de  soñamos. La clase política, tan "preocupada por los ciudadanos" sólo piensa en las mega empresas de las que son accionistas o felices consejeros de administración. Tristemente así se ha construido. Prestan a las grandes corporaciones bancarias lo que quitan en derechos y beneficios sociales a las extintas clases medias, Estamos viviendo el mayor despropósito de la democracia y eso significa que, de nuevo, hay dos bandos que no tienen que ver con una ideología política precisa. Están los mismos bandos de siempre -y perdón por tan abrupta simplificación- el bando que aprovecha la bondad y la paciencia del otro: es el bando que siempre pierde, el bando que desde el neolítico vienen perdiendo porque ha delegado en el otro lo que debe hacer uno mismo.

Estamos pagando y pagaremos indefinidamente la deudas caprichosas de unos pocos, pagaremos los excesos de grandes empresarios que se vuelven locos en sus ansias de grandeza, igual que pagaremos todo cuanto debamos pagar por las malversaciones de ineptos políticos que buscan su beneficio personal, seguiremos pagando por la codicia de quienes consideran lo público como una   gran certeza de su enriquecimiento personal, desmantelando o despiezando, jugando con los sueldos y la igualdad de quienes tienen tanto derecho como ellos a vivir pacíficamente en un país con recursos suficientes para todos. Pagaremos siempre este inmenso juego de cartas que es la especulación financiera, o acabamos con ella o ella acaba con la humanidad.

lunes, 16 de abril de 2012

CUESTA CREER AQUELLO QUE NO VIVES FÍSICAMENTE

Ya anticipo que no voy a conseguir explicar en estas líneas aquello que me ha llevado a escribirlas, pero tengo que intentarlo. Hace tres semanas se me murió un amigo. Dicho así, me pregunto ¿cómo lo interpretarán quienes saben que son mis amigos? He lamido mis heridas porque eran heridas del pasado y de la más absoluta lejanía, sin embargo, como ya escribí anteriormente, eso no le aleja de una gran popularidad en mi corazón. La complicidad es única cuando se produce y, certera, si se tiene con alguien que maneja las ideas por caminos paralelos a los tuyos y ve las cosas con una profundidad que tú no alcanzas y, al tiempo, las expone con una sencillez que tú no posees.  Durante muchos años, y bien es verdad que, intermiténtemente, hemos pasado muchas horas charlando, compartiendo opiniones o debatiéndolas hasta la extenuación o la locura o la risa. Ese amigo que se me ha muerto (y  me recuerdo ahora mismo encarnado en un personaje de esa maravilla cinematográfica y película de culto que es "Amanece que no es poco") era tan buen amigo que sólo quiso que supiera de sus grandezas como persona y poco de su situación personal, en aquello que a salud se refiere. Sabía lo que uno debe saber y poco más. Ya escribí, en un texto dirigido a recordar su bondad personal hacia los demás que jamás tuve el placer de chocar su mano o darle un abrazo, ni siquiera eso tan importante para todos los humanos que es escrutar los ojos de quien tienes enfrente para hacer un análisis exhaustivo e incógnito de quien tienes delante. Lo cierto es, que cuando algo ocurre, no ocurre porque sí, sino porque tiene que ocurrir (ya sé que es una frase con poco sentido, o muchos, por su parecido con esos dichos orientales) ya que como si de una señal se tratara percibí de forma inconsciente algo extraño en la forma de expresarse de Ricardo: un escultor extraordinario que ha perdido el mundo del arte, capaz de cualquier imposible; un soñador con los pies enfangados de realidad y de demasiado dolor contenido a lo largo de los años. Sigo obsesionado con aquella primera imagen de un hombre alegre que hace una carrera entre lo imposible y el esfuerzo más atroz para acabar, después de luchar durante muchos años con una enfermedad, un cáncer, arrollado por una moto, destrozado por el impacto brutal de unos hierros a una velocidad inadecuada. ¿Qué ocurre con la sensación de orfandad que te acude? ¿Qué ocurre con el destrozo producido en tu alma y en la de quienes le han querido? Decía Borges (que no es santo de mi devoción) que "el destino es nuestro desconocimiento de la complicada maquinaria de la causalidad", y visto de la manera en la que sigo viendo el cuerpo inerte de alguien a quien no conocí físicamente jamás, tengo que pensar que es posible que así sea, sobre todo en este caso. Amigo Ricardo sigo pensando que nuestro reencuentro fue una intencionada despedida. Sigo pensando que en esa magnífica frase, que tantas veces he pronunciado, jactándome de ser afortunado por conocer a la gente más singular y extraordinaria que se ha puesto en mi camino, algo falla, algo falla, si tan gran premio va seguido de tan intenso dolor. Encima, un dolor que no puedes compartir porque la gente que te rodea no puede entender que tengas una amistad de quince años con alguien a quien no conoces físicamente, ni conoces sus pormenores vitales, salvo aquellos que son los lógicos de la charla entre dos desconocidos que acercan opiniones y que  se acercan, como suele ocurrir siempre en las amistades más sanas, en dar a conocer más la visión que uno tiene de sí mismo que la imagen distorsionada que la realidad produce  en quienes sólo  merodean a tu alrededor, sin más. Yo llevo muy mal los duelos. La muerte de mi compañero de once años, Brisa, mi mejor todo, a pesar de ser un pastor alemán, rompió mi estabilidad emocional de una manera que nunca creí posible en un tipo tan duro como yo, pero lo hizo, destrozó ese pequeño equilibrio que uno posee y que tanto cuesta mantener. Nada lo había roto desde hacía once años, a pesar de las muchas peripecias vitales que llevo afrontadas. Y qué casualidad que mis ultimas palabras escritas en un mensaje a Ricardo, fueran comunicarle la muerte de mi inseparable amigo.  Conocer a Ricardo ha sido un privilegio y quiero compartir con todo el mundo sus últimas palabras hacia mí porque creo que definen la armoniosa construcción que de sí mismo hizo.


"yo sigo en México, vivo y trabajo acá. produciendo proyectos de escultura, vaya, lo mio. como todo con altas muy altas y bajas muy en picada a veces; pero estoy bien, la salud regresó, éso es privilegio, pocas cosas regresan en la vida. vivo contento, [....] todo  en este presente está caminando y eso en sí mismo es mucho."

Ricardo, sigo echando de menos nuestras charlas , nunca me he reído con nadie  tanto como contigo 


martes, 10 de abril de 2012

LOS MERCADOS FINANCIEROS SON ENEMIGOS. ÉSTO ES LA GUERRA.

Hace mucho tiempo, ya, que las vimos venir; aproximadamente a finales del año 1995. Ahí nació el punto de inflexión concreto en el que arranca nuestra cada vez más dramática situación, sin embargo, jamás creí que esto que empezamos a vislumbrar con miedo, pavor y pudor, no fuera otra cosa que aquello que otros han cosechado y que ahora nos toca pagar a los de siempre, a quienes no hacemos uso de El Estado de Derecho más que para vociferar dos exabruptos en un bar y si es posible sin  que te escuche el de al lado. Los españoles salimos de una dictadura en la que nunca nos enteramos realmente de quien era quien, aunque se conocían a las personas y  todas salieron indemnes del saqueo producido a lo largo de cuatro decenios. Cuando escuchaba a mi abuelo decir que toda esperanza era vana, a pesar de su ilusión por el socialismo próximo a instalarse en el poder (él no llegó a verlo y me alegro) porque aquellos ideales socialdemócratas defendidos con ahínco, fueron poco a poco derivando en una especie de amasijo mercantilista entre la política y la economía hasta el punto de ensañarse con los listillos de siempre,  engañar a necios alcaldes o mal informados munícipes "por antonomasia", y la clase política instalada en un sueño que no era otra cosa que un alejamiento constante y evidente de las verdaderas necesidades de una sociedad cada vez más autoengañada con la palabra riqueza, en esa fanfarronería ancestral que acompaña a nuestra sociedad junto,  al otro fantasma que es: la envidia; y, otro más, la corrupción. Sea como fuere vimos gente que se sintió rica porque engañaba con más placer que destreza, abundaron los mercedes entre cuatro o cinco tipos de hombres que prosperaron, no por su valía personal sino por el engaño constante a la administración causando uno de los agujeros más inverosímiles jamás conocidos de evasión fiscal y economía sumergida. Se premió la cultura del pelotazo y hasta la del guantazo a la justicia que pretendía poner freno a gran parte de un enorme entramado oculto de intereses que empobrecián y endeudaban a los españoles a marchas forzadas. La falsa ilusión de que éramos ricos, en general, se hacía más patente cada vez que bajaban los tipos de interés y cada vez que la parte sombría y oculta a todos los que dedicidimos comprar una vivienda, envilecía los mercados financieros con transacciones ajenas a nuestras voluntades y ajenas también a nuestras necesidades. Las autonomías creyéndose todopoderosos estados convinieron que era necesario contribuir a la bancarrota con políticas esperpénticas favorecedoras, una vez más, de casos y más casos, conocidos y desconocidos, de corrupción económica, política  y social.  Mientras en otros paises europeos se valoraba el trabajo, aquí se buscó la forma de trabajar poquito y ganar mucho, aunque eso sólo supieran hacerlo los indeseables que nos han llevado a una gran mayoría de españoles a la ruina más absoluta. Estoy escribiendo estas líneas y ya oigo los comentarios de quienes se atrevan a leerlas. Falta mucho por decir, no se puede hacer un análisis tan simple de una realidad tan complicada, pero pensad un momento, sólo un momento, en que nos estamos convirtendo en esclavos de un sistema que aparta al ser humano de las prioridades más básicas. Un sistema que nos convierte en cifras y aleja los nombres y apellidos, un sistema que nos convierte en simples objetivos de déficit, inflación o deflación; un sistema que valora el suicidio de un jubilado griego (FMI) lamentándolo y al mismo tiempo, con la boca pequeña y el sentimiento evidente, provocando su continuidad en el tiempo y en el espacio. Hoy estamos a punto de ser intervenidos, si no es hoy será mañana, pero esto que nos están haciendo los mercados sólo lo hacen los enemigos declarados, y me gustaría que todo el mundo entendiera que ésto es una declaración de guerra en toda regla a los ciudadanos, a los democrátas que pierden su soberanía personal y como pueblo. Sé que lo dijo Jefferson y lo he expuesto -su comentario sobre los abusos finacieros- en más de una ocasión, y sigo pensando, que es una realidad tan evidente, que nadie quiere entender y está en un gravísimo peligro, porque está naciendo una nueva sociedad de castas amparadas por el poder que poseen un nuevo sistema feudal que nos llevará a la servidumbre más descarnada y obscena en este cambio de paradigma social.

miércoles, 4 de abril de 2012

MEDIOCRIDAD VERSUS CODICIA Y ENVIDIA

"Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada". David Jiménez

Si se tratara de un interrogante, es posible que dijera: sí, categorizado en lo absoluto, además; sin embargo, el convertir la palabra mediocre en identificadora de una realidad cultural, política o, simplemente, popular parece excesivamente peligroso e inexacto. La mediocridad no es un estado del alma o del conocimiento es un concepto  muy matizado y muy personalizado expuesto por quien suele "sentirse superior" o simplemente considera que su cultura y valores éticos están por encima del común denominador [...] (homenaje a MAHN) dejando de lado los referentes ideólogicos como verdaderos goznes de nuestra realidad. Si ser mediocre obedece a que hemos eliminado nuestro sentido del deber, a que hemos perdido el norte ético o, simplemente, a que nunca lo hemos poseído porque la educación que exime al hombre de la mediocridad no ha llegado, entonces y sólo entonces puedo entender que la palabra mediocre se usa como un término en el que su acepción principal  es "falta de conocimiento" o un conocimiento muy parcial sobre determinados temas, pero si mediocre se refiere a ese punto intermedio en el que todos estamos de una forma u otra porque no todos poseemos la misma conducta, las mismas habilidades, la misma cultura, la misma inteligencia, la misma maldad o bondad, entonces entiendo que el término no puede utilizarse tan genéricamente como lo hace David Jiménez, a quien no conozco personalmente y de quien comento el artículo que publica en un diario digital. La categoría de pueblo mediocre no existe,  el concepto de cultura mediocre no puede aplicarse a nuestra cultura, ni en cine, ni en literatura, ni en deporte (a pesar de lo que digan los franceses) y el gran peligro que corre una persona o un articulista al utilizar de una forma tan imprecisa un término aplicable a multitud de situaciones concretas y abstractas, es que equivoca -como decía Alberti en aquel poema de  "La paloma"- sus intenciones.
Podría decirse que la incultura es mala consejera, peor incluso que la fanfarronería con la que mostramos nuestra "mínima alma" cultivada. Y mezclar cultura con política y economía es un error, al tiempo que un acierto, -me explico- Si buscáramos en la historia nuestras raíces más infernales, tendríamos muchos momentos históricos y culturales que atestiguan nuestra recalcitrante envidia a los demás, al mismo tiempo que una búsqueda constante por la conciliación. Llegaríamos a épocas íberas y encontraríamos tal fenómeno en nuestro comportamiento como pueblo. Sin embargo, también es cierto que España es un conglomerado de estructuras históricas superpuestas con más fuerza que convicción y de ello han nacido talantes que detestan lo común, o bien por privilegio o bien por ser un descastado. La única enfermedad que padece genéricamente la sociedad española, a mi entender y espero no ofender a nadie, es la distancia cultural, porque cada pueblo que habita este país detesta por lo general al pueblo vecino. En lo político, de eso la Iglesia sabe mucho, es la codicia la que nos retrata o retrata a quienes pretenden crear un país de unos pocos contra el resto. Este neoliberalismo determinista que se nos impone alejándonos nuestras propias opiniones y opciones es realmente el culpable de que España esté como está. La codicia y el engaño manifiesto de unos pocos con la ayuda de una justicia poco experimentada en valores democráticos es lo que nos define, no la mediocridad. Quede claro que sigo pensando que uno es el resultado de los que hace cotidianamente y yo cotidianamente veo poca solidaridad, veo mucho enfrentamiento de egos, veo pulsos de poder y codicia, siempre veo la codicia acompañada de la envidia y la extraordinaria definición de Alciato Página 220 de la traducción de los Emblemas de Alciato a la lengua Castellana por Bernardino Daza Ponciano en Lyon en 1549.

Es probable que yo tenga una idea un tanto benévola de nuestros dirigentes, es posible, es la que todos deberíamos tener si consideramos que son personas que se encuentran al servicio común de los españoles, pero también creo que la democracia está siendo mal usada por sus dirigentes y por el pueblo que permite que así sea, incluído uno de los grandes lastres de nuestra democracia: la justicia, que sólo sirve a los poderosos, como tantas veces hemos comprobado y es capaz de desestabilizar cualquier veredicto articulándolo más ideológicamente que en cualquier otro principio asentado en la democracia y en nombre de la propia justicia.

domingo, 1 de abril de 2012

LAS EXTRAÑAS PERCEPCIONES Y LA VERDAD FALSEADA

       En general, soy poco amigo de creer a la primera las cosas; mucho más confiado si quien me las cuenta es persona de mi ámbito afectivo, ya que no tengo demasiado trato con aquellas personas que reinventan la realidad, ofreciendo una imagen distorsionada, que a fuerza de repetirla  termina pareciendo tan real como las ideas propias. En eso llevamos una larga experiencia desde que se instalaron esas empresas y seres nacidos en el siglo XX que permitieron convertir lo que antaño podía ser una corriente de ideas contrastable, en la mezcla de ese extraño entrelazamiento entre el ser simbólico que representa el hombre en sociedad y el colectivo humano como género con una serie de conocidos y básicos comportamientos animales bien estudiados por los relaciones públicas y toda esa gran maraña industrial que, al respecto, ha nacido con el fin de desvirtuar los mensajes o acomodarlos a una determinada realidad. Comunicar y transmitir un mensaje es fácil, si quien lo hace, lo hace con espontaneidad, y no es así generalmente, al menos, los mensajes que escuchamos en la política general  nos permiten comprobar en la cercanía de las  hemerotecas  -que todos tenemos a nuestro alcance- gracias a Internet y el trabajo, más o menos manipulado, de muchas personas que dejan constancia de cualquier tipo de declaración  que queda para "siempre" en la red. 

         En estos cien días de gracia -y desgracias acumuladas del gobierno- hemos visto con auténtica desvergüenza como lo que antes era digo y digno, ahora es "diego" e inefable (por poner un calificativo) y cómo el mensaje distorsionado de los diarios (media) avanza en una línea preocupante. La información es imposición ideológica, la línea editorial de la mayoría de los medios de comunicación están muy lejos de crear cierta paridad  y objetividad en esos preceptos deontológicos del periodismo que quedan a merced de un nuevo clientelismo. Voy a citar Antonio García Guerrero, en cuya charla semanal sobre economía me ha explicado la existencia de un nuevo "feudalismo" - no creo que sea necesario explicar la definición más habitual- , algo determinante cuando  accedemos a informaciones  que nos llenan de preocupación que en el mismo detalle llevan implícita la violencia más estudiada contra los menos pudientes, que en España son muchos. En cien días hemos asistido a una reforma financiera, una reforma laboral (denigrante y tendente a la esclavitud más real: la negación de derechos adquiridos a lo largo de un siglo) y una amnistía fiscal que, a la anterior oposición, ahora gobierno le parecía demencial e injusta) hemos conocido unos presupuestos generales que mantienen su prebendas en la iglesia, en los toros, y que restringen  un 16 %  los presupuestos de sanidad, no digamos ya la cultura, infraestructuras y empleo. En una magnifica película de José Luis Cuerda "Amanece que no es poco" el inefable Sazatornil dispara al sol por salir por el lado contrario argumentando que; "no aguantaba este sin dios". Nosotros, generalizadamente estamos aceptando todo lo contrario de lo que se argumentó como ideal democrático cuando se instauró en este país con mucho retraso respecto al resto de Europa. La democracia ha devenido en una maraña extraña que contradice muchos ideales (sé que está de modé el término) protestar con cierta violencia antes violaciones de los derechos fundamentales se van a considerar "kale borroka", y aunque parezca pueril, y lo sea, me recuerda el episodio uno de la guerra de las galaxias: La Amenaza Fantasma. La legalidad está al servició del lado oscuro. Lo realizado por la razón es destruido por la sinrazón (o la razón aplicada a la codicia extrema)  y los intereses más "fantasmas" existentes. Quiero dejar claro que mi frase relacionada con "engaño democrático", que hemos sufrido, no significa que mi postura sea antidemocrática, todo lo contrario. Es difícil ver como cada individuo quiere sentirse extraordinario y único, eso no está mal, pero no a costa de olvidar la importancia del bien común, de la generosidad y de aquellos preceptos que tantas cabezas hizo caer la guillotina de igualdad, legalidad y fraternidad. El camino recorrido nos ha llevado a lo contrario, a lo diametralmente opuesto. Ni existe fraternidad, ni la legalidad es tal, al menos a tenor de la multitud de sentencias extrañas a las que asistimos y que derivan de una ideología, más que de la aplicación de las leyes; evidentemente, lo de la igualdad nunca será posible, aunque esa igualdad sea un algo teórico.