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viernes, 19 de julio de 2013

PECTINA EN EL CUARTIL

Las vivencias de todo tipo  que me rodean en los medios de comunicación sea el que sea y en el ámbito de la información que sea: me desborda; necesito romper con un exceso tirano de las noticias que gestiona mi pensamiento a tal velocidad que es imposible digerir con las cautelas necesarias y las reflexiones oportunas. La imagen que queda en mi retina a cada explicación de cada altavoz mediático es: injusticia, injusticia, injusticia; y mi pregunta si no es algo preparado y consensuado, como un golpe de estado ideológico contra el régimen democrático ¿vivir una situación en la que todo lo vivido se convierte en una imagen de injusticia, una imagen de prepotencia, una imagen de cinismo político, una imagen de sabiduría de tercer nivel o primer cuartil en el índice h -como apuntaba un twitero venido a más en las críticas a la obra de Vicenç Navarro, cuando la búsqueda sobre sus artículos o trabajos, los del twitero venido a más, era nula  y desde luego no homologada  ni por pares ni por nones, ni por índices ni por otras mesuras económicas como aquellas que criticaba en la obra de Juan Torres-. Hace poco, leí que en una comparativa sobre previsiones económicas, que cuatro albañiles, electricistas y  otras profesiones de mono azul, fueron mucho más acertados  que las sesudas y argumentadas de cuatro ex ministros de economía. ¿Significa que estamos ante infelices que se ilusionan en la creencia de ser capaces de formular iniciativas y prácticas que hagan cambiar la economía? Según el Fondo Monetario Internacional estamos donde estamos porque hicieron caso a unas previsiones equivocadas en unas ecuaciones  de bulto en el estudio que nos llevo a pensar que la austeridad era el único medio de salir de la crisis. El FMI se ha equivocado tantas veces como ha vaticinado, cual oráculo, algo relativo al bienestar de millones de personas, dejándolas con sus equivocadas decisiones en la miseria. Digo yo que ese tipo de organismos deberían rendir cuentas en prisión por malos profesionales ( y corro un  velo sobre la actuación de Rato), como tantos y tantos ministros de finanzas que están jugando al juego de la gallina ciega y rompiendo con múltiples consensos aceptados y adoptados en los artículos constitucionales que en su día se otorgaron sus pueblos, sus ciudadanos. Lo de hoy de prohibir  la reproducción asistida a lesbianas, solteras y otras gentes no afiliadas al canon mentiroso de la familia natural tradicional  es una prueba de como lo inconstitucional se maneja de una manera abyecta contra los ciudadanos que un día dijeron sí  a unos principios reguladores en sus leyes. Cospedal y Sánchez  Camacho, lideresas del PP Castilla la Mancha y  Cataluña, respectivamente, hicieron uso de esas técnicas, aunque seguro que lo  hicieron en la privada o en los centros cercanos al poder que quiere, si le dejan, que no le dejaran, investigar al juez Ruz. Escuchar que la Troika quiere cambiar a Rajoy por otro líder del PP menos problemático es una angustia, al ver que no es el pueblo soberano el que puede adoptar una decisión así, sino un organismo nunca vinculado a la democracia. Y no sólo eso,  qué decir de las contradicciones de un Tribunal Constitucional que toma medidas vinculantes sobre la carrera profesional del único juzgado por el caso de la red Gürtel, Baltasar Garzón, cuando se demuestra que el presidente de dicho Tribunal es un militante, inactivo -en estos momentos- del partido al que se estaba investigando.  El día a día pesa demasiado, como una losa que no te deja respirar en libertad y el mayor problema es que cada día se asientan más principios y voluntades sobre esa losa que terminará por asfixiarnos a los que no creemos en la ruedas de molino que se empeñan en hacernos digerir; no hay pectina suficiente para ellas en nuestro estómago ni en nuestro espíritu rebelde.

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