Ha sido así: de vértigo. Un día inolvidable en el que un Antonio Pérez del siglo XX ha puesto en jaque a la nación con sus declaraciones animadas y contundentes. No hemos oído su voz. De hecho la red hablaba y hablaba de asuntos varios y casi paranoicos.
La suerte hoy en día proviene, casi siempre, de los actuales medios tecnológicos que nos han permitido conocer, al segundo, qué declaraciones hacían desde la sala, no porque el interrogatorio fuera público, sino por los hábiles dedos de un abogado que en un alarde de exagerada claridad judicial ha expuesto los detalles señeros de la charla con el juez Ruz.
Las redes sociales al borde del colapso, pero como siempre, sólo las redes sociales, incluso cuando hemos conocido la sucia jugarreta de Carmen Martínez Castro, que, presuntamente, caída de un guindo, ha pedido disculpas por -presuntamente- amañar con el director de ABC, Bieito Rubido, las preguntas en la sala de prensa que correspondían a un periodista del mundo y, qué casualidad, ha formulado un tal Mariano Calleja ex jefe de gabinete de la vicepresidenta Soraya Saez de Santa María.
Un catedrático de ética de la universidad de Murcia, Juan Antonio Marín ha argumentado retóricamente que los psicópatas y los políticos tienen algo en común: su capacidad para retraer las emociones, ante esa airada sorpresa del PM Rajoy por la pregunta birlada al diario El Mundo.
Julia Otero se preguntaba si no sonaban como un chantaje más esa oferta de estabilidad política y reformas;
Y, al mismo tiempo, también veía, yo, en tales argumentos una petición de indulto a la Troika, incluso una amenaza velada hacia quienes dudan de su liderazgo en el PP.
No obstante, el mejor resumen de la segunda inefable rueda de prensa lo ha hecho una anónima y conquistadora Amelie.
Entre los admiradores de Rajoy sí se encuentra el inefable número 3 del partido popular señor Floriano, que ha dado una lección de cómo se amaña una rueda de prensa, cómo se tiran balones fuera y cómo los otros -los periodistas de gabinete- se esfuerzan en dirigir una comunicación con la mano de hierro que conocen de su jefa de filas, que no volveré a mencionar. Por tanto, amaño de la rueda de prensa.
Amañada rueda de prensa anterior a la amañada con ABC y que supone un verdadero cataclismo entre directores de grupos de información. Uno se cuestiona, pero no quiere contestar: ya sabe la respuesta, quién ganará la batalla.
No he buscado más información porque toda esa marabunta de tuits, de imágenes y de palabras con y sin sentido se resumen en el estado de nerviosismo mostrado por Marhuenda en un programa que se empeña sacarlo de sus casillas y termino por creer que un día logrará. Al mismo tiempo, como conclusión de mi día de náufrago, me quedo con algunas de las más ingeniosas frases retuiteadas.
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