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domingo, 7 de julio de 2013

LOS PERDEDORES

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/07/06/paisvasco/1373130046_009154.html
La libertad según El Roto.

En la memoria se registran: "los invasores", "los conquistadores", "los bienhechores", "los vengadores", los "ores" del mundo, pero en el caso de "los perdedores" el trato normal de la historia, la literatura o la poesía, cambia sustancialmente. No digamos si nos hacemos eco de la literatura periodística y más la anglosajona norteamericana que tan a gala lleva esa cosa fantasmagórica que llaman el subconsciente colectivo -como si hubiera visos de fiabilidad científica- en los  llamados perdedores, en una situación en la que existen ganadores y en pleno siglo XXI empiezan a numerarse por miles de millones los primeros: los perdedores, con todas las letras y todas las miles de diferentes circunstancias. Puede parecer exagerado que en un mundo globalizado los  ganadores sean tan pocos y los perdedores tantos. ¿Significa eso que la construcción social de nuestro planeta falla, ha fallado desde que aparecieran todas esas técnicas malabares de la psicología y el engaño publicitario, el engaño en definitiva, engaño permitido para crear ideas nunca existentes y que una vez creadas se han definido y concretado como vías excepcionalmente idóneas para reinventar un mundo basado en aquellos mandatos que siempre lo constituyeron, pronto olvidados los del pacto social del XVIII, los movimientos revolucionarios pergeñados en el XIX y convertidos en "máquinas de felicidad" o nadie sabe qué en el XX? El caso es que hemos asistido, quienes vivimos en esta generación, al mayor de los engaños habidos y, probablemente, por haber en la historia de la humanidad. Asistimos, los llamados votantes, a las traiciones de los gobiernos que elegimos en las urnas con traiciones que se traducen en la generación de intereses ajenos a la democracia misma aquellos que permiten y generan un cambio de paradigma que nos lleva a un nuevo feudalismo, por la figura romántica del "vasallaje". No puede calificarse de otra manera. La certeza y los controles democráticos han fallado porque los responsables directos han faltado a su impuesta honestidad por millones de personas, queriendo perpetuarse en el poder por uno o cuatro, diez, veinte años... a cambio de generosísimas dádivas a un sistema financiero que  ya bautizó Thomas Jeffersson como "el más eficaz ejército del mundo". Aún estamos en la fase  de  "acostarnos con una propiedad"; tras el sueño, nuestros hijos harán lo que ya denuncia algún trabajador de la FAO: buscar en la basura comida; y en el despertar definitivo nos encontraremos en una nueva y legislada forma de esclavitud de difícil resolución. 

Entre tanto, como un juego de malabares más, asistimos a ese ejercicio de entretenimiento masivo que constituyen los "máss media"  que han sabido integrar el lenguaje cinematográfico con el fin de conseguir que todos echemos balones fuera con total facilidad sin asistir jamás a las verdaderas preocupaciones sociales, las que interesan por encima de cualquier otra cosa, las que impiden que seamos menos esclavos día a día en unas condiciones impuestas por un vasallaje que  empieza a merodear los rasgos básicos de la esclavitud.

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