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viernes, 20 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD: LOS MISTERIOS DEL ESPACIO TIEMPO.













     


           No voy a decir quienes son los autores ni el nombre de las obras elegidas para felicitarte la Navidad, puedes verlas y conocerlas más fácilmente en mi página de facebook Arte20. Todos los años pongo una foto que me haya emocionado o que haya sido importante en mi vida personal. Este año no tengo imagénes de los dos momentos esenciales que formarán para siempre parte de mi biografía. Quiero decirte que -si me conoces un poco- no soy en absoluto derrotista, lucho y lucho, siempre y en cada momento, con tesón y con orgullo de construir una vida muy plena en lo más importante: las vivencias emocionales. Ahí me siento rico, poderoso, casi me atrevo a decir que sabio, pese a que pueda parecer una presuntuosa forma de manifestarme. 
     Esta Navidad es la primera que no tendré a mi padre conmigo, con nosotros, con la familia en la Noche Buena, una cena  que siempre hemos celebrado juntos, siempre, excepto alguno, que no me permitieron venir con él por cosas del trabajo, pero desde hace 16 años sí: la he disfrutado en su compañía, con sus ocurrencias y su humor -muy especial- que nos ha hecho reír o sonreir con mucha frecuencia. Todas la tradiciones que hemos creado en familia se van al traste, porque sinceramente no hay una gran apetencia de celebración. De hecho, uno de los motivos más poderosos para venirme de Madrid fue disfrutar de la vejez de mis padres: lo he hecho, y mucho.  Aún después de este tono triste  con el que empiezo mi felicitación, tengo que reconocer que la vida continúa y es obligatorio aceptar aquello que te llega por muy injusto que te parezca.

       Otro de los hechos esenciales que marcan mi biografía este año es la pérdida de mi trabajo. Alguien con nombre y apellido, con vergüenza escasa, ha decidido que debo quedar fuera de mi trabajo junto a veintitantos de mis compañeros para (él/ellos) mantener su status quo: es decir, sueldos millonarios que paguen sus servicios al poder. Lo peor de todo, es que esto tengo que decirlo con la boca pequeña porque como todos sabemos  las cuentas de una empresa pública como es RTRM no son públicas, en beneficio de quienes la gestionan como un pequeño cortijo. Algo muy similar a lo que ocurre en todo lo público de la Región de Murcia y lógicamente en España después de la dirección que ha tomado el ámbito de la política defensora de las grandes corporaciones y mercados; y lejana, y casi, casi contraria al ciudadano particular, al ciudadano que se supone tiene unos derechos inalienables, pero sólo se supone. Este año hemos vivido a diario todos esos ademanes de autoritarismo impune y los hemos aceptado con total pasividad, sin lucha, con plena consciencia y conocimiento de la pérdida que supone para el futuro de la ciudadanía. Retrocedemos en todo: en bienestar, en prestaciones, en la salud y la educación, y en los derechos individales. 


          Este año, ha sido un año  imposible, inaguantable, lleno de pérdidas familiares, de pérdidas de cariño, de pérdidas de libertad, pérdidas de todo tipo, aunque cierto es que ni la ilusión ni la esperanza se han marchado de mi lado y, como siempre creo que lo mejor está por venir, pienso que todo será reversible si cada uno de nosotros pensamos  un par de minutos hacia dónde nos conducimos. 

         Con toda la pena  que nos ha dejado  este año, nada me impide desearte feliz navidad, ni siquiera a ti -que me has apartado del bien más preciado: mi trabajo-, feliz Navidad papá (siempre estarás conmigo), felicidades amigos luchadores (qué grandes llegáis a ser ante la adversidad y qué ejemplo más grato), felicidades conocidos cercanos y lejanos (aquellos que manejáis la distancia con conocimiento de causa y como forma adecuada de vivir una relación de amistad a medias), felicidades a todos los que me habéis sorprendido tan gratamente (he de reconocer que siempre he sido muy afortunado, mucho, en conocer personas excepcionales y entrañables, y mantenerlas en mi vida: sí, soy un hombre afortunado), felicidades a la gente magnífica que he conocido este año, felicidades a quienes habéis pasado por mi vida sin pena ni gloria y felicidades a la gente que quiero de corazón, a la gente capaz de enternecerme, asombrarme, ayudarme. Felicidades a ti también.

 Antonio Escolar.






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