Translate

miércoles, 28 de mayo de 2014

CONFUSIÓN PROGRAMADA



Confusión, rabia, perversión, ignominia, venganza y cientos de términos son los que afloran como si fueran etiquetas identificadoras de la situación creada por los resultados de las elecciones europeas de 2014.  En lectura nacional, tal lectura,  es divergente hasta lo opuesto a la europea. Los caminos recorridos por los españoles y el resto de Europa difiere tanto como las ideologías votadas aunque siempre tengamos analistas politólogos capaces de calificar de neofascismo a la ideología de "Podemos", también capaces de hilar con el neonacismo las pretensiones del partido estrella de los comicios, o con los comunistas castristas o venezolanos  pero no señalar como ultraderecha la que gobierna en estos momentos como demuestran las perversiones democráticas a las que estamos acostumbrados últimamente. Cualquier cosa es posible en las televisiones y en la estrategia del sistema para generar confusión: desde el oportuno órdago de Marhuenda (ser televisivo hasta la saciedad y con infinita menos fortuna mediática que Iglesias. El primero vende periódicos, muy pocos, y desde luego no ha conseguido la reválida mediática a no ser que el "dedómetro" sea el que imponga quién debe estar en La Sexta u otra televisión). Confusión la que generan los comentarios salpicados de malas intenciones de la caverna, de los partidos políticos con aviesas intenciones de conseguir a través de sus estrategias de comunicación efectos perversos sobre un electorado que se ha soliviantado por fin, no en la calle sino en las urnas, hastiado del incremento de pobreza (uno de cada cinco españoles somos pobres de dinero, especialmente los murcianos del señor Valcárcel que sí volará en primera clase a Bruselas, lo dice Lola Sánchez, 'la chica del gin-tónic', la nueva eurodiputada cartagenera de Podemos).  Confusión se genera cuando una lideresa de "látigo" y mando, así lo atestiguan ex militantes de UPyD habla de paralelismo entre una fuerza de izquierdas y el Frente Nacional francés. Igual ocurre si el asesor del presidente del gobierno, el señor Arriola, convierte a un millón doscientos mil votantes en "frikies" planeadores sobre Madrid, el marido de la señora Villalobos ¿exime de "frikismo" a algunos líderes de su partido o tal vez los encubre sabiamente? porque haberlos haylos.



El revuelo generado por la decisión de Rubalcaba, acertada o no, según las bases y las generaciones menos acomodadas de su partido, poco realista, casi una muestra más del "harakiri" programado que realiza el PSOE desde que cambiara para sorpresa de todos su compromiso social, con el compromiso de estabilidad financiera que supuso ese cambio de la Constitución de espaldas a su electorado. Eso no se perdona fácilmente, igual que resulta difícil perdonar a un partido socialista que inicie y mantenga políticas que conllevan el deshaucio de los débiles, y ese silencio cómplice, durante toda la legistatura del PP, callando con teatralizada desgana los recortes que han empobrecido a una población ya pobre de por sí, facilitando políticas que benefician siempre a las empresas del Ibex -que luego les darán algún puesto en su consejo de administración- y beneficiando a un sistema viciado de injusticia siempre contra los mismos: los débiles de bolsillo y de apoyo. Que surja el populismo, como dice la señora  Díez, beneficiaria, y mucho, de frases y situaciones inmersas en esa corriente de expresión política, que ahora descalifica, no es otra cosa que el resultado de una situación insostenible, una salida por dónde sea a una realidad social que los partidos no quieren ver -tal  vez sus sueldos les impidan comprobar qué se puede hacer con 645 euros al mes, si es que se tiene, o de ochocientos cuando debes pagar una hipoteca de 500-. La realidad ofrece muchos perfiles y el más aciago para los débiles sigue sin ser visto por quienes no acumulan problemas para llegar al mes siguiente: Ana Mato nunca los ha tenido, Saenz de Santa María "en su puta vida", por supuestos sobresueldos que denuncia la oposición y su ex amigo Bárcenas, y sueldos casi exentos  del pago IRPF, como el resto de diputados; igual que la señora Villalobos o la señora Cospedal. Hago referencia a ellas no por una cuestión de machismo sino por algo bien distinto: es la connivencia entre el cargo político y la asesoría y negocio de sus cónyuges sobre los que la Fiscalía nunca ha visto delito alguno, ni éticamente ellos han cuestionado. Lo bien atado que la hija de Fabra, la de -"que se jodan" los parados- tiene su cargo de diputada, además del "aeropuerto del abuelito"(esto es coña), y su sociedad, no sé si en gananciales, con el señor y ex consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes, también asesor y partícipe de una sociedad privada que ha desmantelado parte de la sanidad madrileña.  La ex condesa de Murillo, Esperanza Aguirre, la atropellada en sus "derechos" que no en sus acciones de fuga, también vive una situación familiar que  muchos quisieran, sobre todo quienes malviven en la calle y en sus casas con grandes dependientes a quienes aprietan las tuercas de la subvención tanto como pueden: bien con la intención de extinguir onerosos desembolsos del erario público, bien con el fin de aniquilar una ley de dependencia que siempre consideraron ajena a su programa electoral. Mucho más obstinada es la imagen de precursor de la beneficencia y los circos de caridad que tan buena imagen daba a damas y caballeros otrora, y  en estos momentos del siglo XXI, incluso a presidentes de algunas comunidades. Una tradición muy nacional en la época franquista, y en la época de Primo de Rivera, incluso en el siglo XIX y anteriores; recordemos los personajes retratados como pinturas de época por Benito Pérez Galdós (Guillermina Pacheco. Beata, amiga de Jacinta y de los Santa Cruz) y que han seguido arrogándose los derechos de interferir entre los nacidos hasta el punto de mantener ese monstruoso anacronismo que significan "Los bebés robados" a finales del siglo XX. 

Tal vez piensen que el batiburrillo o baturrillo es en exceso complicado de desliar, pero no, les aseguro que no lo es, quienes tienen la posibilidad de ser un estómago agradecido, simplemente, lo son y ahora no son aquellos del subsidio sino ese arsenal de asesores elegidos a dedo con sueldos millonarios que realmente desfalcan el erario público mientras criminalizan a funcionarios, trabajadores de la sanidad, de la educación y de lo público en cualquiera de sus vertientes. Asesores bien pagados, nunca con el sueldo mínimo interprofesional, capaces de levantar con un "consejito" de nada la labor docente de miles de profesionales imprescindibles y mucho más baratos, sin duda alguna, que esa corte de embuchados con millones de pesetas y cientos de miles de Euros año, capaces de vender a quien fuere, literalmente, por un plato de lentejas, o mejor, por un buen sorbo de Möet Chandon.

martes, 27 de mayo de 2014

LA BOLA DE CRISTAL 2014



El estruendo mediático producido por los votos de la formación Podemos ha ocasionado un bocinazo político y social sin precedentes. Desde  que las redes sociales gozan del imperio de la crítica, aún no demonizada ni cribada ideológicamente por los Mass Media, hemos comprobado que, realmente,  se puede convertir un hecho en realidad. Aún no sé si el futuro venidero es un futuro lleno de posibilidades reales de cambio o un tropezón constante para buenas voluntades y una lucha fratricida contra el pez pequeño que empieza a ser un fortachón vitaminado y mineralizado por los votos de un sector hastiado de promesas baldías, de buenas palabras electorales, pero sólo electorales, de principios tópicos que quedan siempre en teoría malsana mientras los recortes, la pobreza, las muertes ocasionadas por la no asistencia en hospitales, en casa de grandes dependientes, se sucede sin posibilidad de achacar a nadie culpa alguna; sólo a las circunstancias sobrevenidas desde una Europa que tiende a curar estos males con un Ébola o con políticas "apartheid" o quién sabe qué posibles fenómenos futuros (recordemos que la realidad siempre supera la ficción). Encontrar que más de un millón doscientos mil votos se concentran en la influencia y destreza mediática de una persona es recordar, una vez más, la ansiedad de liderazgo y  carisma de la que ha adolecido siempre la sociedad española. Los ejemplos se suceden a lo largo de la historia reciente, mientras la verdadera necesidad democrática de participación e inmersión mayoritaria social en lo público sigue siendo la gran asignatura pendiente de este conglomerado de egos al que llamamos país y que por mucho que quieran unificar como nación sigue siendo un batiburrillo de  territorios estado, reinos, taifas, condados, comarcas y baldíos terrenos.


Asomarse en cuatro meses de existencia con cinco escaños a unas elecciones europeas es un peligro para el bipartidismo, mucho más, cuando los planteamientos, dicen algunos (que se han apropiado de la democracia como si les perteneciera desde la época franquista), son radicales y extremistas hasta el punto de comprometer el modelo apuntalado por un sistema democrático que pertenece más a los bancos que al pueblo, mucho más al sistema financiero, capaz de modificar una constitución (algo que los votantes de izquierda jamás perdonarán al PSOE), que a los ciudadanos quienes finalmente deben pagar los platos rotos de este desaguisado llamado: el poder de la Troika, el FMI, el BCE y todos los organismos no democráticos que rigen el destino de los pobladores de un mundo en claro conflicto con su supervivencia. Está meridianamente claro que el peligro proviene de quien puede poner patas arriba el sistema con el apoyo de la ciudadanía. Ahora, los mecanismos del sistema intentarán por todos los medios desacreditar, deslucir, enmendar como sólo ellos saben, una diáfana y  clara realidad: la población está más allá del gorro de mangantes y magnates bendecidos por el sistema que se llevan crudo todo cuanto pertenece al conjunto público de la nación, mientras los de siempre, los débiles pagan con su propia vida, a veces, los platos rotos de políticas antisociales, políticas financieras hechas a la medida del gran defraudador, políticas que convierten la justicia en testimonio, más que en arma de lucha para un pueblo.



¿Qué puerta abre una concluyente mayoría insatisfecha? ¿La misma que se abre en Francia? ¿Diferente del rumbo que parece tomar el norte de Europa con su giro ultraderechista? ¿Qué confrontaciones atestiguaremos en un futuro no muy  lejano? ¿Es ésta. realmente, la puerta por la que la socialdemocracia se planteará huir del modelo económico que ha bendecido en los últimos años y que la lleva a una inexorable desaparición? La bola de cristal 2014 está en marcha.






jueves, 15 de mayo de 2014

¿RENTABILIDAD ELECTORAL DE UN ASESINATO?


La democracia se ha convertido "en un instrumento
 de dominio del poder económico y no tiene 
ninguna capacidad de controlar los abusos
 de este poder" José Saramago (2004)


En estas páginas suele aparecer con frecuencia la famosa frase de  Malcom X, pero podría usar citas de Chomsky u otros intelectuales que han estudiado el proceso seguido por los grandes órganos (también personas) de poder para manipular la información a través de la opinión.


 En España es una constante, según te informes por uno u otro medio, encontrar auténticas aberraciones interpretativas sobre asuntos de tirón mediático, ahí es donde aparecen tantas Españas existan o tantas ideologías tengan cabida en los cientos de formas de exhibir un mensaje, una consigna, una noticia. En principio todo vale: conocemos las portadas del diario de Marhuenda, bien, muy bien posicionado en subvenciones y publicidad institucional, también el diario que dirige el señor que acusó a un político de vivir en el amor a ETA después de que la banda terrorista lograra amputarle una pierna con una bomba lapa, el caído en desgracia tras confabular una Gürtel de mentira en cuatro días, emulando los buenos resultados obtenidos por su antecesor, maestro donde los haya de la manipulación torticera de la información,  y que en sus tiempos llegó a hacernos creer que un desliz extra matrimonial con corpiño había sido urdido por los servicios secretos de la nación, por no hablar de la teoría etarra del 11M y los polvos bóricos. La caverna mediática es muy amplia y no podría poner ejemplos de todos; sí podría, pero esto se convertiría en un libro. El caso es que desde las redes sociales se ha buscado una fórmula de información a la medida, personalizada, que rompe diametralmente la credibilidad  de empresas que pierden día a día su monopolio cediéndolo a otras más pequeñas con ciertos principios periodísticos olvidados hace tiempo por los Mass Media, al menos no ocultos en una trama de intereses empresariales que siempre acaban en la titularidad bancaria

En estos días, el asesinato de Isabel Carrasco, mujer fuerte del PP leonés, poco querida por gente que no la conocía o no tenía por qué mostrarle conmiseración a raíz de sus frases públicas amenazadoras, actitudes caciquiles y cierta falta de escrúpulos a la hora de exhibir sus numerosos sueldos en una España que crece en desigualdad como nunca antes lo hizo, ha provocado que ciertas personas hayan confundido la libertad de expresión con un juicio paralelo al asesinato, nunca merecido por nadie, por muy impopular que sea, pero no olvidemos que los tiros (presuntamente) vienen de la autoría confesa de un miembro del PP  de León, no de las redes sociales, no de la actividad en políticas antideshaucios de la PAH. Han sido las manos de una o unas afiliadas al Partido Popular quienes según informaciones policiales han disparado contra un cargo público del mismo partido. Es decir que una lucha intestina no puede llevar a confundirnos socialmente. Está bien intentarlo, como suelen hacer a diario, pero los hechos determinan que ha sido una militante del PP quien mata a un cargo político del PP, no lo olvidemos. ¿Qué existe animadversión hacia la clase política? Sí. ¿Qué las redes sociales se hacen eco de esas críticas? Sí. Pero no confundamos churras con merinas que quien tiene el asesino en casa es el PP, no Twitter ni la PAH, ni eso tan peregrinamente usado por algunos periódicos del "clamor popular". Probablemente ciertos comentarios poco afortunados han llevado al ministro del interior, hombre de grandes convicciones éticas y morales por su condición de numerario de Opus Dei, a levantar la voz señalando que el odio que emana en las redes sociales merece algún tipo de control, como el que ejercen los antidisturbios en las manifestaciones pacíficas o el control ya mencionado de los medios tradicionales de comunicación o la misma casta política hablando y viviendo en los mundos de Barbie  y Kent. Como si reviviera el McCarthismo sesenta años después propone una criba de mensajes en las redes sociales, lo malo de todo es que esa criba debería hacerse de una forma equidistante a todas las ideologías, siempre y cuando constituya la opinión un delito tipificado.



 Leía que los comentarios injuriosos no pueden ser perseguidos de oficio pero ya modificará la ley el señor ministro y podremos encontrarnos que por fin mete mano a las manifestaciones realizadas contra personas de toda condición e ideología, y en sus filas y orbe, los insultos son a veces amenazas de muerte. La libertad, por tanto, sea de expresión, manifestación, acción, reunión... está siempre revisándose como si fuera un mal endémico en nuestra sociedad. 

 Señor ministro regule usted aquello que tenga que regular que siempre existirá la fórmula de apearse de la regulación. En un futuro no muy lejano se le recordará como el ministro que odiaba a los inmigrantes (es una licencia poética), quemaba las ilusiones de los españoles con gasolina antidisturbios (otra licencia poética) y ésta, tal vez menos poética, porque hago uso de la traducción original, el responsable del castillo de aire que estalló. Qué bueno sería que algunas tramas de novela se convirtieran en realidad y conociéramos por fin toda la podredumbre que existe en ese mundo de coches oficiales, dinero a mansalva, sobre seguro, cenas interminables y trajes que doblan su precio al sueldo mínimo interprofesional. El mundo que ustedes construyen es un mundo de ficción y no olvide que la realidad siempre, siempre la supera. Aún no sabemos a qué coste, aún no sabemos cuándo se producirá esa rebelión pacífica contra tanta desigualdad, contra una creciente sensación de injusticia, contra la libertad y la dignidad de los ciudadanos que les han puesto en esa situación de decidir sobre su hambre, su salud, su educación y cultura. Sólo recuerde que la realidad siempre supera a la ficción y vivir en un mundo de ficción conlleva muchos peligros: el mayor, darse de bruces con lo cotidiano. 

Por supuesto espero que mis comentarios, totalmente pacíficos y amparados en la libertad de expresión no sean constitutivos  de delito en una democracia como la española.

sábado, 10 de mayo de 2014

LA INSIDIA DEMOCRÁTICA


¿Algún español podía sospechar que su gobierno, el de turno, el que fuera, tras unas elecciones iba actuar con la insidia y despropósito con que lo ha hecho en los años de vigencia democrática? Hemos asistido a un divorcio, no una separación, un divorcio con malas relaciones entre votantes de eso que se llama izquierdas y sus representantes. Políticos que llenan su boca de grandes principios, grandes frases huecas. Hemos asistido a una mal llamada fiesta de la democracia que se asemeja a un "ciudadanicidio", ni siquiera una lidia, ni siquiera  una lucha con capacidad para la defensa del ciudadano, todo lo contrario, una matanza de pollos ciudadanos en el que se ha reducido su espacio vital, se les ha negado la comida, se evitan condiciones salubres en la vivienda, se niegan derechos por doquier en favor de las grandes corporaciones y fortunas( vamos, lo de siempre) y por último se niega cualquier medida de gracia a la hora de dar el tiro de ídem. Cuando hablaba de votantes de izquierdas lo hacía porque siempre fueron los más críticos, nunca se dejaron llevar por actos de fe, como el electorado más fiel de derechas, aunque el resultado para la ciudadanía ha sido el mismo. Medidas a todas luces injustas para el ciudadano, medidas contrarias a una serie de principios constitucionales con la avenía real, la avenía de Europa, por muchas campañas que pretendan mejorar su imagen de cara a la ciudadanía, con la avenía política que ha demostrado vivir de espaldas a la ciudadanía. Lo más triste de todo es que la ciudadanía aplaude esa matanza de pollos-ciudadanos, gracias a la actuación bien programada de los medios de comunicación, y esa es la más triste de las realidades, el pollo odia a su semejante y espera que le llegue el turno del matadero un poco antes para jactarse por instantes de esa superioridad inflada por la psicología de masas de los noventa del siglo pasado que convertía al ser en único, inviolable y todas esas cosas que un cambio de tuerca en la macro política del XXI ha convertido en una falacia. Se asemeja mucho más el sistema a aquel mantenido durante la esclavitud en el que los negros eran de tercera-primera, tercera-segunda y tercera-tercera. Hagan un esfuerzo y vean (no sigan ciegos) cómo el sistema se desarrolla de una forma esclavista: unos pocos vigilan a algunos, más,  y estos otros vigilan al resto. El resto, por supuesto, vigila al vecino, lo odia y si puede lo pone en evidencia, ante quién sea con el fin de que le llegue un castigo, en forma de cualquier desgracia que le aparté del sistema, por algún lugar, de alguna manera no programada: un despido, es una fórmula habitual, para desestabilizar cualquier dignidad.
La clase política, entre tanto, sigue jugando a ser la gran defensora del ciudadano, y visto con un poco de distanciamiento, es tan real como aquellas imágenes retratadas por los ideólogos de la revolución francesa. El político de turno, se convierte, metamorfosea, como dice Rosa María Artal, en un percebe, que bien adherido a las bases de su hábitat hace cuanto puede por destrozar el conjunto de preceptos ciudadanos nacidos tras una revolución que ahora queda obsoleta y lejana, y olvidada,  por no mencionar gracias a las tácticas del neuromarketing (básicamente las relaciones públicas) y por supuesto, gracias a esos verdaderos maestros de la confusión informativa que son los medios de comunicación (disciplina universitaria), que como decía Malcom X terminan por enseñarte a amar a tu verdugo, igual que lo hacen las vacas, los perros y todos los animales domésticos que sacrificamos a diario con esa destreza única de quién se auto impone por vía de la fe o del gen egoísta la capacidad y el derecho a hacerlo. En definitiva, vivimos una revolución a la inversa en la que el ciudadano, pueblo, colectivo vive gracias a las prebendas de un mínimo porcentaje de la población mundial que es quien detenta la propiedad y la riqueza y se financia, encima, con fondos públicos (en el caso español en dos años los empresarios del Ibex 35 son un 67% más ricos) y las actuaciones de ese minúsculo colectivo están encaminadas a pasar por la piedra (no lo tomen a risa ni en el sentido sexual) a quien haga falta para mantener ese estatus quo que le permite hacer lo que le dé la gana con la complicidad de una ciudadanía sin más compromiso común que atiborrarse de telebasura de ésa que le deja las vísceras llenas de pasiones fáciles de controlar.